La antigua cerámica Hispano Portuguesa de la localidad zamorana de Corrales del Vino sale a subasta por 4,7 millones de euros para responder a una deuda de 292.419 euros. En realidad la subasta incluye tanto la fábrica como toda la finca donde se asienta, de 28 hectáreas de terreno, que se extiende por los sitios denominados Nanaret, la Frontera y Corralino.

De las 28 hectáreas más de 26 están dedicadas a regadío, mientras las dos restantes son de secano. La finca linda al norte con el camino de Peleas de Abajo y, en el resto de orientaciones, con fincas particulares y el camino de Jambrina.

La industria en sí misma, sin actividad desde hace años, consta de una planta de tratamiento de arcillas y fabricación de productos cerámicos que consta de varias dependencias: una nave de fabricación con una longitud de 209 metros y una anchura de 72 metros, lo que hace una superficie de 15.048 metros cuadrados y una nave anexa de 154 metros de largo y casi 14 metros de ancho, lo que supone una superficie de 2.155 metros.

La zona de Tierra del Vino ha tenido históricamente una potente industria cerámica, aunque las principales instalaciones están hoy día cerradas, al menos en su actividad de fabricación o son edificios en ruinas.

El último boom de la construcción, propiciado por las leyes urbanísticas de la era Aznar que permitieron el crecimiento incontrolado del sector, hizo que las zonas de Zamora en las que existía una adecuada materia prima recobraran la pujanza empresarial del sector cerámico, lo que impulsó las industrias especialmente de Corrales, que llegó a tener varias de estas fábricas, como SAZA, o la mencionada Hispano Portuguesa (Cerámica Acústica). El estallido de la burbuja inmobiliara se llevó por delante a estas fábricas, cuyos productos llegaron a estar muy demandados durante muchos años precisamente por las necesidades del sector de la construcción.

Fue poco más de una década de esplendor de una industria que casi no daba abasto para cubrir las necesidades del sector de la construcción que vivió en conocido como boom inmobiliario cuya fecha de comienzo suele fijarse hacia al año 1997 y que duró hasta 2007, cuando el precio a la vivienda alcanza su pico máximo en España. Un año después, en 2008 se pinchaba la burbuja inmobiliaria, que inició una profunda crisis que duró al menos hasta 2013, aunque aún no se ha recuperado el todo.

Las industrias cerámicas de fabricación de ladrillos y tejas han tenido históricamente una fuerte implantación en varios pueblos de la comarca y especialmente en Corrales debido a la gran calidad el barro de la zona, que proporciona productos de una calidad excelente.

En el camino ha habido intentos de devolver a Corrales su pujanza industrial, como el del Ayuntamiento, que se hizo con la antigua fábrica de Colino, ubicada en la carretera de Santa Clara de Avedillo y que pertenecía a los hermanos Criado, suelo industrial a la espera de que lleguen inversiones a la localidad.

El estallido de la burbuja inmobiliaria redujo en poco más de dos años 3.623 empleos en la construcción en la provincia de Zamora. De los 9.700 trabajadores del sector que había a mediados de 2008 se pasaba dos años y medio después a 6.086. Además del sector de la construcción propiamente dicho el estallido de la burbuja inmobiliaria tuvo su reflejo también en otros muchos sectores relacionados, ya que se trataba de una actividad tractora de otras muchas: carpintería, electricidad, muebles, electrodomésticos y toda clase de servicios.

Y por supuesto quedó un ingente parque de viviendas recién acabadas o a medio construir. La provincia, además, tuvo especiales dificultades para digerir el stock de viviendas nuevas sin vender que dejó atrás el estallido de la burbuja inmobiliaria según el balance realizado por este mismo diario una década después de que el ladrillo dejó de convertirse en el motor de la economía nacional para pasar a considerarse uno de sus lastres.

En Zamora había 4.049 viviendas nuevas sin vender en el año 2008 y una década después todavía quedaban más de la mitad, concretamente 2.492, según los datos del Ministerio de Fomento, publicados en el informe sobre el stock de pisos nuevos referidos al 2018, una década después del crack.