El Producto Interior Bruto de la provincia de Zamora ha descendido un 6,4% en el año 2020 como consecuencia innegable de la pandemia de coronavirus. Son datos del Banco de España, detallados en su informe sobre el impacto de la crisis en las provincias españolas hecho público en la jornada de ayer. Si se lleva el dato al valor total del PIB de Zamora, que se sitúa en 3.549 millones de euros según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el COVID habría pasado una factura a la provincia de más de 221 millones de euros durante el año pasado.

Zamora está, con todo, en el grupo de provincias menos afectadas por la recesión, algo que no deja de resultar llamativo a la vista de los indicadores económicos generales que presenta la provincia. Solo las dos provincias extremeñas mejoran los datos registrados en Zamora, mientras que Cuenca los iguala. En el contexto de Castilla y León Zamora sería, siempre según el Banco de España, la provincia en la que el PIB menos descendió durante el año pasado.

Las provincias más turísticas son las más perjudicadas, según los datos

La institución da una explicación a esta situación. “El denominador común que presentan todas estas provincias”, las que presentan unas caídas inferiores, “es una menor exposición al turismo y un mayor peso de los sectores menos afectados por el COVID-19, como la agricultura y el sector público”. Las propias características de la economía zamorana habrían ayudado, por tanto, a amortiguar la caída. Sin embargo, hay que subrayar que se trata de datos porcentuales. Evidentemente, donde había menos actividad económica hace un año hay menos que perder por el paso del COVID.

Las estimaciones del PIB provincial para el conjunto del año 2020 muestran la disparidad en el impacto de la crisis. Solo diez provincias habrían registrado caídas de la actividad mayores que la media nacional (11%), pero su peso en el PIB total de España es aproximadamente de un 33%. Entre los retrocesos más acusados en el conjunto del año destacan los de Baleares (caída del 27%) y las provincias canarias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife (21% y 19%). Les siguen los de Málaga, Gerona y Alicante. Estas seis provincias se caracterizan por que el peso del sector turístico —sobre todo el ligado a la demanda extranjera— en la actividad provincial es especialmente alto”, apunta el informe del Banco de España.

El papel de la agricultura, importante para explicar los datos provinciales

Cabe reseñar algunos otros hallazgos relevantes. En primer lugar, la exploración de los datos a nivel provincial pone de manifiesto diferencias que no se perciben a nivel de las comunidades autónomas, apostilla el Banco de España. “Por ejemplo, la provincia de Lérida muestra una caída del PIB del 8%, debido al menor peso de los sectores más expuestos a la crisis sanitaria, frente a los descensos de las tres provincias catalanas costeras, por encima del 11%”.

Las estimaciones que hace el Banco de España son, con todo, más positivas que las que realizan desde el centro de estudios de Unicaja Banco. La entidad apuntó, la semana pasada, que el Producto Interior Bruto de la provincia habría sufrido un retroceso de un 10% durante el pasado año.

La mayor parte del desplome económico se produjo durante la primavera

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La desagregación trimestral permite ver si la dispersión provincial ha variado en el tiempo. De hecho, la heterogeneidad entre trimestres fue notablemente mayor en el tercer y cuarto trimestre que en los dos primeros. “Este rasgo podría estar vinculado al hecho de que las restricciones a la actividad introducidas en la fase inicial de la pandemia afectaron a un número mucho más elevado de ramas, por lo que la composición sectorial de la actividad habría influido en menor medida a la hora de explicar la heterogeneidad en la trayectoria del PIB de las distintas provincias”. Es decir, las caídas en primavera fueron más generalizadas que a partir del verano.

Analizada la caída, la cuestión consiste ahora en empezar a vislumbrar cómo será la recuperación. En este punto cabe recordar las previsiones realizadas la semana pasada por el Colegio de Economistas de Valladolid, Palencia y Zamora, que insisten en que los problemas con la vacunación de las últimas semanas pueden tener un efecto pernicioso sobre el futuro más inmediato. De hecho, las mismas fuentes auguran que la provincia tardará al menos tres años en recuperar un nivel de actividad como el existente hace justo un año.