Son conscientes de que todavía no se ha dicho la última palabra y de que los votos siguen contándose, pero zamoranos residentes en Estados Unidos aplauden el giro que parece que dará la política del país con la salida de Donald Trump de la Casa Blanca. “A mí me parece positivo que cerremos la presidencia Trump, una era de populismo como en España, donde se simplifican los problemas y además se complica su solución con una polarización que solo interesa a los políticos”, compara desde Houston Antonio Renilla. “Ellos ganan si son reelegidos y los ciudadanos pierden con su incompetencia y confrontación”, lamenta.

Los cuatro años del republicano en el poder han servido para “dañar” las instituciones, según el zamorano. “Y continúa haciéndolo en defensa de sus intereses”, advierte, considerando que Trump, como cualquier otro gobernante, “está de paso y debe ser el primer servidor del marco común de convivencia”. Por eso espera que Biden recupere el marco institucional y la cooperación entre Estados Unidos y otros países. ”No necesitamos falsos profetas ni vendedores de sueños. Yo no necesito que me den nada, sino que me dejen buscar mi destino, sin trabas burocráticas, inseguridad jurídica e impuestos que se lleven una gran parte de mi esfuerzo y mis ahorros”, critica.

Especialmente satisfecha con el resultado está Rosa Morán. “No fue nada fácil, pero por fin lo conseguimos”, se congratula, aunque todavía con el temor de que Trump no reconozca su derrota “Nos está llenando de mentiras y lo peor es que tiene muchos seguidores que creen todo lo que dice”, recela, por lo que cuenta los días hasta enero, atreviéndose a vaticinar situaciones como que Trump se perdone “a él y a toda su familia, pues sabe que es muy posible que vaya a la cárcel. Ahora solo juego al golf y por fin podemos ver la tele sin encontrárnoslo”, bromea.

Muy cauta se muestra desde Arizona Petra Rodríguez, que prefiere esperar al resultado oficial antes de dar por sentado un claro ganador. “Todo apunta a que serán los demócratas, pero lo tiene que declarar el Colegio Electoral y es un proceso muy largo. Además, no es la primera ocasión en que el resultado del voto popular es puesto en duda, recontado y llegado a los tribunales”, asegura.

Por esa razón advierte que el presidente lo sigue siendo hasta dos meses después, cuando oficialmente se anuncie al ganador. De momento, está la primera fecha en el 8 de diciembre para resolver controversias, por lo que se centra en comentar cómo se están viviendo las semanas de recuento. “La campaña ahora es mediática, con alguna manifestación popular por ambos bandos, tal vez tratando de influir en los compromisarios elegidos para emitir los votos electorales”, considera.

Hablan zamoranos residentes en EE UU

Sobre la intención de voto, la zamorana apunta que se ha incrementado mucho la participación de los hispanos. “El aumento del voto femenino ha sido para Biden, mientras que no ha variado para Trump, aunque ha habido un cambio de color en estados tradicionalmente republicanos, como ha sido el caso de Arizona”, donde ella reside.

“El resultado final de estas elecciones se conocerá en enero y puede ser sorprendente en cualquiera de los dos frentes: un presidente que no es elegido para el segundo mandato o el cambio de voto en estados históricamente republicanos a demócratas”, explica. Pero lo que más teme es lo que pueda ocurrir inmediatamente después de que el Congreso anuncie el resultado definitivo, “porque las movilizaciones, más o menos violentas, pueden ser numerosas”, vaticina Rodríguez.

Respecto al interés propio de los norteamericanos por estos temas, considera que la política “poco cambia en el día a día de esta sociedad” y da igual si la ejecutiva es azul o roja —demócrata o republicana—. “Exceptuando a aquellos que viven de la política, la mayoría de los ciudadanos de a pie son gente dedicada al trabajo, puritanos, consumistas y solidarios. Algunos votan cada cuatro años, pero no están preocupados por otras cuestiones. Aunque a veces tienen que adaptarse, el trabajo no falta y tienen la enseñanza garantizada hasta los 18 años”, valora sobre el sistema.

Tomás Blanco rememora lo vivido en la noche electoral. “Al principio estaba bastante expectante, pero después lo viví con decepción, no por la victoria o derrota de uno u otro candidato, sino por cómo se gestiona el sistema electoral, que es diferentes en cada estado y, si bien no tengo sospecha de amaño, me quedan dudas de su eficacia”, considera.

Apunta desde Massachusetts que el triunfo de Biden no ha sido tan contundente como esperaba el partido. “Los demócratas, y en general todo el mundo, están sorprendidos por esta pírrica victoria, que abre más heridas que cierra. Esperaban una goleada y se ha decidido a los penaltis. Trump parece no habérselo tomado nada bien, pero conociéndolo, uno no sabe si va en serio o sigue con su espectáculo”, resume.

Sobre el presidente electo, el zamorano afirma que “siempre será visto como un vicepresidente” tras su etapa con Obama y que las consecuencias de llevar tantos años en política se traducirán en “repartir favores y cortar cabezas, al más puro estilo romano. Se sabe ganador no por sus cualidades, sino por el adversario que tenía”, subraya.

Por último, Blanco considera que estas elecciones no han sido realmente unos comicios entre republicanos y demócratas, “sino entre Trump sí o Trump no, un plebiscito en toda regla, que, bajo mi punto de vista, indica que el país necesita un cambio muy grande para evitar que personajes como Trump lleguen al poder, porque no hay que olvidar que él es un resultado del establishment demócrata”, finaliza.