Juan Antonio Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid. | Efe

Juan Antonio Martínez Camino y José Ignacio Munilla se han quedado solos en la carrera por convertirse en el nuevo obispo de Zamora. Roma realizó este pasado martes sendos nombramientos para los arzobispados de Burgos y Zaragoza, que recaerán en Miguel Iceta y Carlos Escribano, por lo que esas puertas se cierran para las dos personas que están pendientes de encontrar una nueva sede. Los portales especializados como Religión Digital apuntan directamente a estos dos nombres, siendo Munilla el que tiene más papeletas de llegar a orillas del Duero. Un nombramiento que podría producirse la semana próxima o, como muy tarde, en un periodo de quince días, según han apuntado a este diario fuentes de la Diócesis de Zamora.

La recta final para ocupar la sede que dejó vacante Gregorio Martínez Sacristán deja abiertas las puertas a dos de los nombres más polémicos de la Iglesia española. Especialmente, el de José Ignacio Munilla. Actual obispo de San Sebastián, Munilla es habitual de los medios de comunicación por su particular manera de entender el cristianismo. Esto incluye palabras de desaprobación para el movimiento feminista, oposición frontal al aborto y una defensa férrea de organizaciones ultraconservadoras como Hazte Oír.

El otro candidato, Juan Antonio Martínez Camino, pertenece al núcleo de confianza del cardenal Antonio María Rouco Varela y está considerado como uno de los más importantes miembros del ala ultracatólica de la Iglesia. Suyas son palabras como que "las relaciones homosexuales son objetivamente desordenadas" o la defensa a ultranza del prior del Valle de los Caídos durante su intento de evitar la exhumación del cuerpo de Francisco Franco.

Aunque podría saltar la sorpresa, todo parece indicar que el sucesor de Gregorio Martínez Sacristán se encuentra entre estas dos personas y la semana próxima, el 12 de octubre, se conocería la decisión final de manera simultánea en Roma y en Zamora. El nuevo obispo, sea cual sea, deberá hacer frente a importantes retos como la dispersión geográfica dentro del territorio diocesano, el envejecimiento de la curia que obliga a los sacerdotes en activo a multiplicarse o la implicación de la Seo en la Semana Santa. El anterior obispo, de hecho, estuvo implicado de manera activa en todas estas tareas, con la creación de las Unidades de Acción Pastoral o la colaboración estrecha con la Junta pro Semana Santa en asuntos de importancia para la celebración de la capital.