Ni transgresores ni provocadores, “somos trans, personas que nacieron en un cuerpo que no les corresponde” e integrantes de la cultura Queer. Su festival, “sin ánimo de lucro”, el Transgress Fest, que cumpliría con esta edición cuatro años de celebración ininterrumpida en Zamora, “el único de España”, nació para dar visibilidad a estos ciudadanos, que reivindican su derecho a ser considerados como tales, “sin más”, expone su organizador, el conocido hostelero zamorano Juan Carlos Barrios Bartolomé.

Además de ser una ventana al mundo para mostrar otras formas de vivir y de sentir diferentes a los cánones convencionales, el Transgress nace para “ganar esa visibilidad” que se le niega al colectivo trans y la cultura Queer, para “normalizar” lo que no es ni una pose ni una moda, sino una forma diferente de estar en el mundo, tan diversa como individuos conforman la sociedad, agrega Barrios Bartolomé. Desde ese posicionamiento, reivindica poder celebrar la IV edición este 19 de septiembre, como estaba previsto, con el cartel ya cerrado.

El popular empresario zamorano -al que las escasas perspectivas de negocio le obligaron a trasladarse a Madrid hace cuatro años y al que la crisis del COVID-19 mantiene en su casa de Zamora desde el confinamiento- se muestra decepcionado y dolido, “molesto”, no enfadado, por la decisión del Ayuntamiento de Zamora de suspender esta actividad que únicamente busca divertir a través de diversos géneros alternativos de música punk, pop moderno alternativo, rock alternativo, electrónica o transformismo.

El promotor de la actividad cultural comprende las limitaciones de aforo obligadas por la pandemia, que, “por supuesto, cumpliríamos a raja tabla”, incluida la reducción de la duración del festival. El colectivo cree que detrás de esta suspensión se esconde que “molestamos”, se quiere dejar de apoyar, por lo que halan de “una discriminación”, puesto que otros espectáculos musicales que invitan a bailar tanto como este se han celebrado en el mismo escenario, la plaza de la Catedral, o en el auditorio Ruta de la Plata. No se han topado con su suspensión “y a nosotros se nos dice que nuestro festival no es para estar sentado, ¿qué diferencia hay con el rap o el heavy?”, espectáculos que sí han encontrado hueco en la programación municipal del Ayuntamiento en este septiembre atípico por la pandemia.

Barrios Bartolomé pone el acento en “el éxito” de las anteriores ediciones, a las que “los padres llevaban a sus hijos a un espectáculo apto para todos, en el que algún pequeño subió al escenario a cantar con una artista trans”. Cada año han proporcionado “diversión y buen rollo”, otra de las apuestas principales del Transgress.

El colectivo trans de Zamora define este festival como una herramienta importante para “luchar contra ese rechazo social que sufrimos, para expresar que hay arte de mucho tipo y conseguir que la gente pueda acceder a él”. La organización se ha quedado este año con el cartel cerrado y sin fecha futura, a pesar de que el elenco de artistas llegados desde diferentes puntos de la geografía española y de otros países había comprometido ya hace tiempo su presencia. Cintia Lund, de Suecia; New York Puppets, de Madrid; La Prohibida, de Chiclana (Sevilla); Virgin in Veil, de Helsinki (Finlandia) o Sandra Love, de Islas Bermudas llenan el cartel anunciador del Transgress Fest previsto para el día 19 de septiembre en la plaza de la Catedral.

Solo “queremos que no se pierda este año, que no se nos deje de lado”, manifiesta Barrios Bartolomé, dispuesto a programarlo con un aforo menor, a reducir el tiempo de duración, “comprendemos que las ocho horas de conciertos no pueden ser en estos momentos”. El Tenasgress Fest se ajustaría a “lo que nos pidan”.

Este tipo de eventos tan poco usuales -solo existe otro igual en Estados Unidos, remarca su impulsor en Zamora- persigue la inclusión de estos colectivos, arrinconados por su estética y su transgresión de los cánones convencionales, esa que descoloca a una sociedad poco habituada a respetar lo que no encaja con su mentalidad. Un rechazo que se agudiza “porque no se entiende que detrás solo hay personas, diferentes, pero personas” , declara el organizador.

La única voluntad es lograr que no se interrumpa, que no se dé un corte que sirva de precedente, aunque advierte que defenderá su celebración en sucesivas ediciones para afianzarlo en Zamora.