En la plenitud de la incertidumbre sanitaria, económica, social, psicológica y existencial con la que se antoja la proximidad de un mundo diatópico, un grupo de jóvenes engarzaron con pasión sus habilidades musicales en un proyecto denominado ‘Farfalla Vendetta’, liderado por el cantante Ángel Barbé.

Ángel Barba Díaz, zamorano de 30 años, es mucho más conocido por su nombre artístico, Ángel Barbé, después de que adoptara un apelativo más sonoro párale casting de un programa televisivo.

El arte presenta precedentes en su familia, concretamente, en su abuelo Eduardo, aunque todo el mundo le llama ‘Garipo’. “Un cantaor que no pudo dedicarse al flamenco por las circunstancias de la vida, las consecuencias de la Guerra Civil y demás. Tiene casi 90 años”, apunta Ángel. “Le gusta que su nieto haya heredado un poco su vena musical, aunque lo que yo hago es muy distinto a lo que hacía él”.

Como buen autónomo de pro, Ángel ha redefinido el significado de un concepto tan manido como el ‘emprendimiento’, ya que la mayoría de quienes llenan sus bocas hablando de emprender, jamás han arriesgado su patrimonio de forma particular, con los desvelos que ello procura. El artista gestiona dos negocios de hostelería en Zamora y sobrevive con gallardía en plena pandemia. “Todo son restricciones para la hostelería. Tienes que cerrar a la una y dejar de servir a las doce. El Ulalá estuvo cerrado en julio y agosto y empezará a funcionar cuando las terrazas no sean factibles por el frío zamorano y, con el Molly, gracias a Dios, vamos tirando con la terraza como podemos”, comenta.

El propio nombre del grupo también es impactante: ‘Farfalla Vendetta’, en italiano, algo así como ‘Venganza mariposa’. Pero no se trata de una designación rimbombante para dar qué pensar de forma inducida, sino un guiño malicioso, ya que esas dos palabras no salieron de un sesudo torbellino de ideas, sino de un capítulo de la conocida serie de dibujos ‘Los Simpson’. “Nos hace mucha gracia y es una serie muy generacional e, incluso, atemporal. Representa a gente de todas las edades y hemos convivido con ella mucho tiempo”, explica, con una sonrisa.

El Mirador del Teatro Ramos Carrión, que se ha convertido en un lugar muy especial para los zamoranos en tiempos de COVID-19, acoge esta noche el estreno de la banda, que ha procurado progresar en momentos difíciles en vez de aguardar tiempos mejores. “Estamos contentos con las expectativas. Mi lema de vida, que es el que siempre me ha inculcado mi familia, es que al mal tiempo, buena cara y procuramos ser positivos, a pesar de los problemas”, recalca Barbé.

Versiones

El concierto de estreno e inicio de gira incluye canciones compuestas para la banda por Pedro Vicente, como ‘You’re my crush’ y ‘To say goodby’, que cuentan con el respaldo de sendos videoclips, con insistente impacto en plataformas y redes sociales, y un repertorio de versiones de temas de Dua Lipa, Lady Gaga, Sinsinati, Pablo Alborán, Fito y El Canto del Loco, entre otros artistas y grupos. “Va a ser un concierto muy divertido y variopinto. Me atrevo con todo, absolutamente”.

El interés que ha despertado Farfalla Vendetta en la capital zamorana se reflejó en la venta de todas las localidades en doce horas. “Nos sorprendió muy gratamente, aunque sabíamos que había mucha expectación y que se valora que el concierto sea al aire libre. Esperábamos agotar las entradas pero no en tan poco tiempo”, reconoce. “Es bueno que la tierra apueste por gente de la tierra y que nosotros apostemos por nosotros mismos. En los propios bares, siempre que puedo tener producto zamorano, apuesto por él”.

En cualquier caso, Ángel muestra un gran recato a la hora de pinchar sus propios temas en sus negocios de hostelería y se ruboriza si un Dj pone sus canciones cuando él está presente. “Me da un poco de vergüenza”, dice. “De todas formas, me dicen que hacemos un sonido muy actual y que encaja en lo que se hace hoy en la radiofórmula, aunque tengamos nuestra propia identidad”.

Televisión Castilla y León

Además de los negocios, Ángel Barbé está permanentemente expuesto, no solo por su condición de artista, con apariciones sonadas en un concurso en Televisión Castilla y León y actuaciones en diversos escenarios, antes de llegar a la presentación oficial de esta noche, así como por su vinculación con la política, no en vano es el presidente de Nuevas Generaciones del PP de Zamora. “Estoy muy acostumbrado a estar expuesto y a recibir, aunque no es plato de buen gusto, comentarios de haters y haters pero que hablen de uno siempre es positivo”, se resigna. “En la política, en los negocios, en la música y hasta en lo sentimental, hablan de uno, así que ya estoy curado de espanto”, asegura.

“Realmente, no desgasta nada porque me gusta mucho la música, la hostelería y la política. Cuando haces algo con tanta ilusión, todo es más fácil, aunque es verdad que a nadie le gustan los comentarios negativos que solo van a intentar hacer daño”, expone. “Por ejemplo, en la política, se vive un ambiente de mucha crispación pero yo tengo claro que quien quiera discutir conmigo tendrá que hacerlo desde la concordia. Eso lo tengo clarísimo”, sentencia.

Farfalla Vendetta cuenta también con el guitarrista Miguel Guarido; el teclista Alejandro Alijas; el percusionista Víctor Gutiérrez y el bajista Esteban Rivera, además del vocalista, Ángel Barbé. “Además de haber preparado todo este repertorio, estamos creando nuestros propios temas como grupo. El concierto de esta noche se basa, casi todo, en versiones pero vamos a sacar poco a poco nuestro propio material mientras hacemos el Farfalla Vendetta Tour, que está abierto a contratación”.

Por añadidura, los músicos simultanean el arte con otras actividades que no impiden el funcionamiento del grupo, ya que hacen filigranas para compaginar tareas y sacar unas horas de ensayo cada día. “Miguel es jugador del primer equipo del Balonmano Zamora, Esteban y Álex empiezan ahora Musicología en Salamanca y Víctor, uno de los percusionistas más brillantes de Zamora, se va a Boston (Estados Unidos) unos meses a estudiar”, detalla Ángel.

Aunque está claro que la imagen no lo es todo en la vida, la banda ha sido bendecida por la juventud y un aspecto llamativo, que siempre ayuda a la hora de la promoción. “De todas formas, la imagen es un arma de doble filo. Evidentemente, preferimos que nos valoren por la música que hacemos. Cada post que subo suscita muchas reacciones y, al final, las redes se alimentan de haters y de believers”

El artista zamorano lleva dos años estudiando canto en la academia Musikea, en Zamora, con las que ha “mejorado mucho” la afinación y no desdeña, ocasionalmente, la utilización de procesadores digitales de voz. “Hay canciones a las que les puede dar una expresividad y sonoridad muy especial. Por ejemplo, Dolerme, de Rosalía, que utiliza auto-tune en toda la canción, no podría tener esa expresividad sin el auto-tune”, señala.

Por otra parte, además del poder que el cantante muestra ante un auditorio, cuando dirige la mirada al centro de la penumbra y buena parte de lo presentes creen que les está mirando directamente a los ojos, Ángel Barbé reconoce que los temas contienen algún que otro mensaje que solo determinada persona destinataria puede comprender. “Algo hay siempre pero intento no hablar mucho. Alguna canción lleva algún dardo, que la persona destinataria comprende de forma exclusiva. Puedes sentir en algún videoclip una frase en primera persona que lanzas directamente a la cámara y ahí queda”, subraya.

Confinamiento

Los meses de confinamiento sacaron o lo mejor o lo peor de cada persona y, en el caso de Ángel, le permitió reasignar sus prioridades, además de reafirmarse en sus convicciones vitales y de desarrollar más su condición de deportista. “Me he hecho más disciplinado y me he dado cuenta de que no quiero discutir por cosas que no me llevan a ninguna parte”, destaca. “No pienso apenas en lo que estaré haciendo cuando tenga 50 años porque me gusta ir creando poco a poco mi futuro. Qué aburrido saber qué vas a hacer a cada momento. Hay que poner un punto de riesgo y aventura en la vida para que tenga chispa”, reflexiona.

En este contexto, el hecho de presentar la banda en estos momentos responde en parte a la intención y, en parte, a la casualidad. “Ha sido un cúmulo de cosas, en verdad. Íbamos a presentar la idea en el Teatro Ramos Carrión para tocar algún jueves en los conciertos de verano y, al final, quedó en este sábado libre y nos pareció una ocasión estupenda para sacar una nota de felicidad y humor en esta época triste y de tanta apatía”, apunta. “La música nos permite expresar emociones y conectar con la gente, de transmitir algo sensible y agradable después de tantas sensaciones extrañas. Si podemos hacer disfrutar al público, me doy por satisfecho”.