El estadio del Zamora CF vivirá este domingo un reencuentro muy especial. Será el regreso de Jorge Hernández al Ruta de la Plata, un estadio que ha sido y siempre será su casa, aunque esta vez (siempre y cuando no vaya convocado con la primera plantilla del Valladolid) el zamorano estará en las filas rivales. Han pasado muchos meses desde la última vez que la afición pudo ver en acción al pequeño delantero de Sanzoles pero este domingo será una nueva oportunidad para disfrutar de su calidad.

Él tiene claro que será "algo extraño" jugar en el Ruta de la Plata y no hacerlo como rojiblanco, aunque en verano ya tuvo la oportunidad de experimentar esas sensaciones en un triangular amistoso en homenaje a Agustín Villar en el que estuvo cerca de hacer gol, aunque en esa ocasión el balón se estrelló contra el palo. Semanas después, ya en Liga regular, era el Zamora CF el que visitaba al Valladolid Promesas en un duelo en el que fue un verdadero espectáculo ver a Jorge Hernández moverse entre líneas, desplegar su mejor versión ante sus excompañeros e incluso batir a su amigo Miguel, que defendía la portería zamorana, una diana que no celebró ni piensa festejar si vuelve a tener la fortuna de anotar.

En capilla para esta cita los "piques" sanos entre los amigos que aún le quedan en el Zamora CF (que son muchos) ya están en marcha y la semana se ha inaugurado con mensajes a través de los móviles que suman intensidad deportiva a un derbi regional y a una vuelta muy esperada al estadio rojiblanco. De hecho, aprovechando el día de descanso, el exrojiblanco estuvo con su amigo Miguel que tampoco elude elogios para su excompañero de equipo, con el que se ha formado como futbolista. El meta destacó el regate de Jorge, el uno contra uno y, sobre todo, "su calidad con el balón en los pies", y espera poder tenerle enfrente el próximo domingo donde cada uno luchará por sus propios objetivos que no son otros que los tres puntos.

Pensando ya en la cita deportiva, Jorge Hernández cree que la afición le recibirá bien en la que durante doce años fue su casa después de una salida empañada por la denuncia que interpuso para poder cobrar lo que se le debía y sobre todo por las declaraciones que aparecieron desde la planta noble poniendo en duda su compromiso y amor por el club en el que se ha formado y en el que dio todo.

Ahora, con paso del tiempo asegura que no guarda rencores de ningún tipo y todo lo ocurrido en verano no cambia ni un ápice el cariño que siempre sentirá por su club, por el Zamora CF, aunque sí reconoce que no le gustaron las declaraciones y actitudes que se tomaron desde la directiva.

Con todo olvidado y centrados únicamente en el plano deportivo, Jorge Hernández lleva toda la temporada alternando encuentros con la primera plantilla y el filial, aunque los entrenamientos semanales los hace con el Segunda División A y no es hasta el viernes o el sábado cuando conoce con qué equipo va a jugar. Sin embargo, esta situación no ha sido un hándicap en su rendimiento y asegura que "los dos equipos juegan muy parecido y no me cuesta adaptarme. Normalmente el entrenador me explica lo que quiere y cómo vamos a salir para mejorar el acoplamiento", admitió el jugador quien, además, explicó que está viviendo un gran momento en su nuevo club donde se encuentra muy a gusto.

Con la mente puesta en el domingo, el de Sanzoles sabe que el equipo que tendrá enfrente distará mucho del de la segunda jornada de campaña y está convencido de que se encontrarán con un equipo que defiende muy bien y muy peligroso a la contra, que es donde "nos pueden hacer más daño". Al igual que él conoce al rival que tendrá enfrente también en el equipo zamorano le conocen a la perfección y es consciente que no será un partido fácil aunque "será bonito". Ambos planteles se presentan a este nuevo derbi con necesidades y es que mientras que los pucelanos llevan tres jornadas sin ganar, el Zamora CF acumula dos derrotas consecutivas. "Nuestro primer objetivo es la permanencia. Hemos hecho una buena primera vuelta y queremos mejorar en la segunda". Por lo que se refiere a lo que ha visto de su exequipo, está seguro que no pasará apuros esta temporada y cree que acabará "de la mitad hacia arriba".

Con estas premisas, en Valladolid y Zamora se prepara desde hoy un enfrentamiento en el que hay mucho más que tres puntos en juego y es que, de nuevo, se podrá ver en acción a una de las perlas rojiblancas aunque, eso sí, vestido de blanquivioleta.

No será el único conocido en las filas del contrincante. Ramiro Mayor también milita en el filial vallisoletano, un central que dejó muy buenas impresiones durante la temporada y media que estuvo a las órdenes de Roberto Aguirre. También en el banquillo habrá caras conocidas con Rubén de la Barrera, técnico que vivió las glorias del Villaralbo hace ya algunas campañas y que está estrechamente ligado a la provincia por los buenos momentos profesionales que vivió y porque fue donde nació su hija.

Se espera así una emotiva tarde de reencuentros en la que la camaradería se dejará a un lado durante noventa minutos.