El trigo en una plantación de Sevilla debería estar alto y verde, pero hace cuatro meses que no llueve. En Cataluña hablan de pérdidas nunca vistas en cosechas de secano, en torno a un 80%. El tiempo no acompaña y la sequía es la puntilla. En los campos de Alicante deberían ya estar plantados de hortalizas de verano. Amarillean también los cultivos en Navarra, donde ya dan por hecho que la cosecha de cereal será mala. Y si la situación del embalse del Ebro no mejora, temen también por los cultivos de regadío. En un año en que los costes se han multiplicado, el campo pide ayuda para superar esta situación.