Primeras palabras del torero Juan Ortega tras su "no boda": "No lo he hecho bien"

El diestro se encuentra en Guadalajara y está previsto que pase allí las fiestas navideñas

Según su círculo más cercano, la relación "hacía tiempo que no iba bien"

Juan Ortega.

Juan Ortega.

El torero Juan Ortega no pasa por su mejor momento. Ni él, ni su familia ni, por supuesto, su exnovia. La decisión del diestro de dejarla plantada en el altar ha desembocado en una corriente de noticias, rumores y testimonios de todas las partes que han dejado a Ortega en el foco mediático. Sin embargo, ninguno de los dos principales protagonistas había hablado... hasta ahora. Y ha sido precisamente él quien se ha sincerado en su círculo más cercano. Alguno de los integrantes de este grupo de amigos se ha ido de la lengua y ha explicado en el portal Vanitatis lo que el diestro ha dicho.

"Esto no iba bien desde hace mucho"

Sin quitarse culpa de encima, Juan Ortega ha reconocido a sus amigos y familiares que "no, no lo he hecho bien". Sin embargo, justifica en parte su espantada porque "la relación no iba bien desde hace tiempo". Eso sí, deja claro que "ni va a dar un comunicado ni va a dar explicaciones", de modo que optará por dejar el agua correr "hasta que la gente se olvide de esto".

Las dudas sobre su relación y sobre dar el paso de casarse son los motivos que han sobrepasado a Juan Ortega mintuos antes del enlace. El torero se encuentra refugiado en Guadalajara y lo más probable es que allí pase las fiestas navideñas apoyado por su familia. Hasta febrero no tiene ningún compromiso laboral.

¿Quién paga la factura?

Pero, ¿quién paga ahora el frustrado enlace? La celebración para más de medio millar de invitados rondaba la escalofriante cifra de 70.000 euros, una cuantía económica que tendrá que asumir el torero para redimir, aunque solo en parte, el desaguisado.

Una hora antes de que se produjera la boda, el torero llamaba a su prometida desde el hotel en el que se encontraba para anunciarle que tenía dudas. Una llamada que cambió todo. Algunos invitados ya habían llegado a la iglesia, la novia estaba preparada, pero sin embargo las dudas del diestro paralizaron todo. Lo más curiosos es que, tan solo día antes de la boda, el viernes, los novios y todos sus seres queridos estuvieron disfrutando de la preboda, una fiesta en la que nada hacía presagiar que el novio iba a tirar todo por los aires.