Cultura
Desnudos pero divinos
David LaChapelle, en una versión iluminada y mesiánica, vuelve a sus orígenes, la fotografía, en una exposición que reinventa el edén
Una crisis personal empujó en 2006 a David LaChapelle (Hartford, Connecticut, 1963) a autoexiliarse en Maui, una remota isla del Pacífico, en Hawai. El colapso llegó después de una década encadenando jornadas extenuantes sin un solo día de vacaciones. El detonante había sido una llamada de Madonna, quien, de forma desabrida, le urgía a efectuar cambios en el videoclip Hung Up (2005). Incapaz de soportar los reproches de la diva, le colgó el teléfono. Más tarde admitiría que aquel episodio había sido el catalizador que le había permitido romper con todo...
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