Sal y vinagre en la escoba... ¿para qué?

El truco de nuestras abuelas que desinfecta sin una gota de lejía

Adiós a la lejía: esta es la alternativa ideal para el producto con el que limpiaban nuestras abuela

Adiós a la lejía: esta es la alternativa ideal para el producto con el que limpiaban nuestras abuela

Este truco está revolucionando la limpieza del hogar. Es tan fácil como efectivo y se trata de echar sal en las cerdas de las escobas. Se trata de un antiguo remedio doméstico para eliminar gérmenes y bacterias escondidas en los rincones de nuestro hogar. Es un método maravilloso para higienizar sin lejía u otros productos dañinos para la salud, sobre todo, si hay personas mayores o niños en casa.

Gracias a este truco tan sencillo, podemos limpiar las baldosas del suelo a la perfección, pero no sólo eso, incluso el plato de ducha, eliminando todos los depósitos de cal y los halos de humedad. Las superficies volverán a brillar como espejos, recuperando el lustre perdido. Todo ello, sin utilizar productos químicos y agresivos.

Nuestras abuelas

Nuestras abuelas ya utilizaban este truco. Para ponerlo en práctica, necesitamos sal, agua y vinagre. Mezclamos todos los ingredientes y vertemos la solución en un cubo limpio.

En este punto, tenemos que sumergir la escoba, dejándola en la solución durante unos minutos. Transcurrido este tiempo, las cerdas estarán bien impregnadas de la mezcla. Saca la escoba del agua y pásala por las superficies. La suciedad se eliminará desde el primer barrido.

Después, una vez barrido el suelo con la escoba, podemos fregar y aclarar como de costumbre. El resultado será asombroso. Esta solución también es útil para eliminar las incrustaciones del plato de ducha. Basta con extenderlo sobre la superficie y pasar un paño.

Por último, acláralo. La acción desengrasante de la sal y el vinagre es increíble. Es la mejor solución para eliminar toda la suciedad en un instante. Eliminaremos rápidamente todos los gérmenes y bacterias.