Toro.- Los trabajadores de la sucursal de Caja Rural en Toro (Zamora), que sufrieron hace dos meses el último atraco perpetrado por Jaime Giménez Arbe, "El Solitario", han acogido con satisfacción la noticia de su arresto, llevado a cabo en Figueira da Foz (Portugal) por policías lusos cuando se disponía a cometer otro asalto, fuertemente armado.

El director de la oficina bancaria de Toro, Guillermo Sánchez, aseguró en declaraciones a la agencia Ical que todos los miembros de la plantilla están «muy contentos al pensar que está encerrado y que el peso de la ley va a caer sobre él» aunque los empleados han intentado «pasar página, olvidar y superar» el suceso.

Pese a ello, no olvidan que uno de sus compañeros todavía se recupera del disparo que recibió de "El Solitario" tras obligarle a que le entregara el dinero que había en la caja, unos 6.000 euros. «Se encuentra bien anímicamente aunque sufre muchos dolores y tiene dañado el nervio ciático y debe permanecer en rehabilitación durante un largo período de tiempo para recuperarse».

El atraco ha sido tema central de conversación entre los vecinos de la localidad aunque ha ido perdiendo fuerza como tal a lo largo de los dos últimos dos meses y seis días. «La gente hablaba de si le habían visto de que si estaba en Tordesillas o en Valladolid pero eso pasó y realmente estábamos esperando a que cometiera otro atraco no tardando», afirmó Guillermo Sánchez.

Por otra parte, ayer continuaba el goteo de noticias sobre la detención de "El Solitario". Los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad encontraron un fusil cetme y «abundante» documentación con apuntes sobre atracos en los registros realizados en la noche del lunes en el domicilio de Jaime Giménez Arbe y en una nave en la localidad madrileña de Pinto, según informó el director general de la Policía y de la Guardia Civil, Joan Mesquida.

La Justicia española ya ha iniciado los trámites para proceder a la extradición de este presunto criminal a través de las euro órdenes. «Nos interesa que cuanto antes sea extraditado para que sea juzgado por los crímenes tremendos que tiene a sus espaldas», destacó el responsable del mando único.

El director general explicó que la primera pista fiable sobre "El Solitario"se logró tras el atraco perpetrado en Toro. Tras el robo, las autoridades policiales tomaron la decisión de «insistir en la colaboración ciudadana». A partir de estas informaciones, el delincuente fue localizado en Madrid y se inició toda la investigación.

«Había un ejército de policías y guardias civiles coordinados para seguir la pista de esta persona», destacó el director general agradeciendo también la colaboración de la Policía Judicial y la portuguesa.

Una vez se encontró la pista del atracador, las fuerzas de seguridad pusieron en marcha un dispositivo de vigilancia «muy intenso y permanente» que detectó su desplazamiento a Portugal, donde planeaba un nuevo asalto a una entidad bancaria.

A partir de ese momento, la policía portuguesa, en colaboración con la española, decidió proceder a la detención. «Conocíamos que estaba en Figueira y advertí una vez más de la peligrosidad de este delincuente dado que no se dejaría coger fácilmente», valoró. La policía sabía que «no iba a dudar en usar las armas en caso de verse acosado» y de hecho «hizo un amago» de abrir el maletín donde las transportaba.

La investigación ha destapado también que "El Solitario" guardaba en un local de Pinto al menos ocho máscaras de escayola, a partir de las cuales fabricaba otras de látex con las que se deformaba el rostro. En el momento de su detención llevaba peluca y perillas postizas, chaleco antibalas y celo sobre las yemas de los dedos para no dejar huellas. La Policía busca ahora a una mujer en Brasil, al parecer destinataria de cantidades de dinero que "El Solitario" habría remitido a ese país. Giménez planeaba establecerse en Brasil con su amante, como confirma el rastreo de llamadas realizadas por el delincuente a números brasileños.

Y su última bravuconada: al salir ayer de Juzgado gritó desafiante «Hola a todos, soy "El Solitario". ¡Salud, españoles!»