Azucarera ha iniciado este lunes 3 de octubre la campaña de recepción de remolacha en la zona norte con la apertura de la fábrica de Toro. La principal novedad de la nueva campaña es que Azucarera, en colaboración con la empresa tecnológica Hemav Agroteo, ha implantado la “Curva de sacarosa”, una innovadora herramienta en la que la compañía trabaja desde hace cinco años y que sirve para identificar el estado óptimo de madurez de la remolacha y determinar el mejor momento para su recolección, lo que permite obtener la mayor cantidad posible de sacarosa.

Para la nueva campaña, en la zona se Toro se han sembrado un total de 3.650 hectáreas y, según los datos que arrojan las últimas muestras realizadas, se espera una producción media de 95 toneladas tipo por hectárea y un nivel de sacarosa de 17,5 grados de polarización.

En este sentido, la responsable agrícola de la fábrica toresana, Isabel Boronat, destacó la “buena polarización y sanidad foliar” de la remolacha, cultivo que también ha sufrido la falta de agua para el riego en algunas zonas, pero “no hemos querido dejar solos a estos cultivadores y hemos compartido con ellos el riesgo potencial derivado de dicha problemática”.

La campaña que ha arrancado este lunes en la fábrica toresana será algo más larga de lo habitual y se prolongará en torno a 75 días porque está previsto molturar alrededor de 320.000 toneladas de Toro 120.000 toneladas de remolacha líquida procedentes de la factoría leonesa de La Bañeza. Así, como reconoció Boronat, está previsto adaptar la molienda a las necesidades de los agricultores “continuando con la flexibilidad fabril de años anteriores”.

De esta manera, Azucarera cumple el compromiso adquirido con sus agricultores basado en permitir el arranque de la remolacha cuando se encuentra en el nivel óptimo de maduración y con mayor nivel de sacarosa, asumiendo el transporte a la fábrica que en ese momento se encuentre abierta.

La campaña remolachera de Toro contará con 178 trabajadores y, por tanto, Azucarera duplicará la plantilla con la que cuenta la fábrica durante el resto del año.

A lo largo del 2022, Azucarera ha invertido en la fábrica de Toro más de 3,7 millones de euros en trabajos de optimización de eficiencia energética, la mejora de la seguridad alimentaria y mantenimiento de las instalaciones, con el objetivo de mejorar el proceso de molturación y de hacerlo más ágil y cómodo para los agricultores.