El Ayuntamiento ha concluido las obras de restauración de la iglesia de La Concepción que este viernes, 1 de julio, reabrirá sus puertas como una de las sedes de la exposición “La Iberoamericana” y que, una vez finalizada la muestra dedicada a la mujer y las artes del siglo XXI, se convertirá en la sede del nuevo Museo de la Ciudad.
El alcalde, Tomás del Bien, reconoció que las obras que se han ejecutado en el templo de titularidad municipal se han demorado más de lo previsto inicialmente por los “problemas” de las empresas a la hora de contratar a personal cualificado, así como por la escasez o el incremento del precio de los materiales.
No obstante, a falta de pequeños remates, la iglesia está lista para, a partir del viernes, recibir a los visitantes de “La Iberoamericana” y, una vez clausurada la exposición el próximo mes de octubre, La Concepción se incorporará al “circuito” monumental y turístico de Toro.
En concreto, el templo se convertirá en el Museo de la Ciudad, en el que está previsto exhibir bienes de propiedad municipal, así como otras piezas que aportarán entidades como la Fundación González Allende.
En una primera fase, el Ayuntamiento acometió la restauración de la cubierta del templo ya que, a pesar de haber sido renovada en los años 90, presentaba un notable deterioro y hundimientos en algunos tramos.
Ahora, el Ayuntamiento ha invertido 75.000 euros en la musealización de la iglesia que permitirá, tras casi dos décadas, devolverle su esplendor y que, a corto plazo, se convierta en la sede del nuevo Museo de la Ciudad.
Por este motivo, ha sido necesario adecuar unos aseos adaptados para los visitantes o mejorar la accesibilidad a través de una rampa situada en un lateral de la portada.
Del mismo modo, se ha restaurado la fachada de La Concepción, en la que ha sido necesario proceder a la reposición de sillares o la reintegración de molduras que, por el paso del tiempo, estaban muy deterioradas.
En el interior del templo también se ha procedido a limpiar el retablo del altar mayor que, hace años, fue rehabilitado en una campaña de verano de la Escuela Superior de Restauración de Bienes Culturales de Madrid promovida por la Fundación González Allende.
