Desde que hace tres años las cofradías de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla y la Soledad de Santa Catalina recuperaran el besamanos a Nuestra Señora de las Angustias en su Soledad, los toresanos pueden reencontrarse cada 8 de diciembre con la mirada de una de las imágenes religiosas por las que sienten más devoción.

La iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina albergó ayer el besamanos y, desde las 11.00 hasta las 19.00 horas, los devotos pudieron contemplar a la imagen, que presidió el altar mayor del templo y que fue iluminada con una luz tenue para favorecer la oración y el reencuentro en la intimidad. El presidente de la cofradía de Jesús Nazareno y Ánimas de la Campanilla, Crescencio Álvarez, recordó que, en el año 1502 y bajo el auspicio de los monjes franciscanos, en Toro se creó la cofradía de Nuestra Señora de la Concepción y la Luz. Posteriormente, la hermandad se fusionó con la de Jesús Nazareno y, transformada la advocación inicial por la de Nuestra Señora de las Angustiasen su Soledad, hace tres años se decidió recuperar el besamanos, en el que cofrades y fervientes devotos retornan a la iglesia de Santa María de Roncesvalles y Santa Catalina para "depositar sus ósculos, plegarias y peticiones" a la Virgen.

Por la tarde, numerosos toresanos se reencontraron en el templo para asistir a la celebración de la palabra, presidida por el párroco José Alberto Sutil, y que comenzó con la entonación de la Salve. En el marco de la ceremonia religiosa los asistentes también rezaron el Ángelus y recordaron a los difuntos de la ciudad y, en especial, a los de las dos cofradías que organizaron el acto. Los asistentes a la celebración de la palabra también pudieron demostrar su afecto a la imagen durante el besamanos y el acto concluyó con la interpretación del himno de la coronación de la Virgen de la Soledad de Toro, a cargo de la agrupación musical "La Mayor". Las dos cofradías que han recuperado el besamanos confían en que el acto se consolide "para siempre" y que cada 8 de diciembre, los toresanos puedan reencontrarse con la "mirada" de la Virgen de la Soledad que preside el altar mayor a la "misma altura" que sus fieles devotos.