Más de trescientas personas acudieron a Peleagonzalo para dar el último adiós a Paco Villar, padre del malogrado capitán del Zamora C.F Agustín Villar. El vecino del municipio zamorano perdió la vida a los 68 años de edad tras un trágico accidente de tráfico la tarde del viernes en la recta de Coreses (carretera N-122) en un incidente con varios vehículos implicados. Ayer se le dio santa sepultura en el cementerio del municipio.

Un pueblo en el que la muerte de Paco lo inundó todo, dejando sumida a la villa "en una enorme tristeza", según declaró el alcalde del municipio Francisco Calvo. El primer edil señaló que el padre del que fuera jugador del Zamora era "un hombre querido y respetado en todo el pueblo". Palabras que quedaron corroboradas con la concurrida presencia en el oficio fúnebre vivido durante la tarde de ayer, hasta el punto de que algunos de los asistentes no pudieron acceder al interior de la iglesia donde se llevó a cabo la misa funeral.

También en el mundo del fútbol, al que siempre estuvo muy ligado -incluso tras la muerte de su hijo Agustín-, han proliferado las muestras de respeto y desolación al conocer la triste noticia. El Zamora C. F. ha colgado un mensaje en Twitter en el que lamenta la muerte de Paco Villar y lo califica de "ejemplo de vida". Hoy, durante el partido que el club disputara contra La Bañeza en el estadio Ruta de la Plata (17.30 horas), se espera que se guarde un minuto de silencio en honor de este fiel aficionado y socio.

En esta misma línea, jugadores del primer equipo -como el lateral Dani Mateos o el delantero Dani Hernández- han lamentado profundamente la muerte del vecino de Peleagonzalo: "Ha sido un golpe muy duro para el equipo, todos lo queríamos mucho", declaró Mateos al ser preguntado por este diario; "Siempre sacaba tiempo para ir a vernos en los entrenamientos o charlar con nosotros", señaló un afectado Hernández.

Peleagonzalo se despide de uno de sus vecinos más queridos y respetados. Mientras, el fútbol local pierde a un aficionado incansable, un seguidor fiel y un padre para los chavales que vestían la rojiblanca.