Como cada 10 de agosto, los toresanos celebraron ayer el día de San Lorenzo, para el que se organizaron diferentes actividades. Los bomberos de Toro fueron los encargados de organizar cada una de ellas, ya que, San Lorenzo es su patrón. "A San Lorenzo le quemaron en una parrilla y tiene algo que ver con los fuegos y con los bomberos, por eso decidimos hacer una fiesta en su honor para pedirle protección", señala uno de los efectivos del Cuerpo en la ciudad. Para rendir homenaje a su patrón, los bomberos celebraron por la mañana una jornada de puertas abiertas del Parque en el que trabajan, durante la que los participantes pudieron disfrutar de una visita guiada. Los más pequeños, junto con sus padres, fueron los más atrevidos a la hora de conocer cómo trabajan los bomberos, una profesión desconocida para muchos. Tres bomberos fueron los encargados de guiar a los presentes y enseñarles cada uno de los medios que utilizan en sus intervenciones. En primer lugar, los niños pudieron ver cómo era una colmena de abejas. A continuación, les explicaron que los bomberos utilizan diferentes trajes para cada intervención y cada uno de los niños presentes se pudo probar una prenda, desde los diferentes cascos hasta los guantes.

Los bomberos toresanos también mostraron cómo son los camiones que utilizan, por fuera y por dentro, además de explicar su función. A los niños les sorprendió mucho cada uno de ellos, pero, sobre todo, el que más bocas abrió entre los presentes fue un vehículo que tiene 37 años y que, aunque casi no se utiliza, está considerado como una "reliquia". Los participantes en la jornada de puertas abiertas también pudieron conocer la estancia donde entrenan los bomberos dentro del Parque, quienes ofrecieron una exhibición sobre cómo bajan por la "típica" barra que todos los niños había visto alguna vez en alguna película. Tras la visita al Parque, los bomberos guiaron a los participantes a dos camiones estacionados a la entrada, les enseñaron la sirena y el material que más utilizan en sus maniobras. Además, los asistentes pudieron acceder al camión y lanzar agua con la manguera, para sentirse un bombero más durante un día. La solidaridad de los bomberos no acaba aquí, ya que también organizaron una fiesta de la espuma para que los más pequeños de la ciudad disfrutaran y celebraran su día junto con ellos. Para cerrar la jornada, los bomberos acudieron a una misa en el convento de San José y, a continuación, portaron a hombros la imagen de su patrón en la procesión que acompasó la Banda "Bendito Cristo de las Tres Caídas".