Un almacenista de grano que opera en Toro ha sido condenado por comercializar material no autorizado de reproducción y multiplicación de las variedades protegidas de trigo "Andalou" y "Craklin" y de cebada "Orchesta" y "Volley". El almacenista condenado, según la información facilitada ayer por la empresa Geslive a través de un comunicado, procedía al acondicionamiento para siembra de grano de las citadas variedades de trigo y cebada que, posteriormente, comercializaba entre los agricultores de la zona, "sin ningún tipo de garantías sobre la calidad, seguridad o identidad del material comercializado".

La sentencia dictada por el Juzgado de Toro, que es firme y contra la que no se puede interponer recurso, condena al almacenista a la pena de ocho meses de prisión, inhabilitación para el derecho de sufragio pasivo y el pago de una indemnización por los daños y perjuicios causados, como autor de un delito contra la propiedad industrial, tipificado en el artículo 274.4 del Código Penal. Por otra parte, Geslive recordó que el único material de reproducción y multiplicación que puede ser objeto de comercialización es la semilla certificada. Además, subrayó que la comercialización de grano para su utilización como material de reproducción y multiplicación es constitutiva de infracciones de carácter administrativo y puede generar responsabilidades de índole penal, si se trata de variedades vegetales protegidas, ya que su explotación no autorizada constituye un delito castigado hasta con tres años de prisión.

Por otra parte, la empresa subrayó que la producción no autorizada de material de reproducción de variedades vegetales protegidas de cereal constituye un "grave problema" en las zonas cerealistas españolas, ya que este fraude "tiene graves consecuencias, no solo para los obtentores de nuevas variedades vegetales, a los que se están causando pérdidas millonarias cada año, sino también para el conjunto del sector, pues constituye una grave competencia desleal para los productores autorizados". Por último, recordó que las semillas no certificadas "no tienen garantía alguna, lo que supone un perjuicio para el agricultor".