Aunque apenas tengan edad suficiente para comprender la importancia de las tradiciones, los toresanos más pequeños dejaron claro ayer que la esencia de la boda de carnaval estará viva muchos años.

Aunque con algunos minutos de retraso, Cecilia Sánchez y Adrián Jiménez contrajeron ayer matrimonio en el salón de plenos del Ayuntamiento de la ciudad de Toro ante la atenta mirada de un nutrido grupo de toresanos y de otros niños que hicieron las veces de invitados al enlace, también ataviados con la vestimenta tradicional toresana. La concejal Amelia Pérez fue la encargada de casar a la joven pareja, a quienes hizo prometer que se querrían durante toda la vida y serían siempre amigos, que compartirían las golosinas y que se contestarían siempre a los "whatsapps".

En una fecha tan romántica como San Valentín, los niños sellaron su amor con un tímido beso en la mejilla, acompañados también de sus padrinos, que el año pasado protagonizaron el enlace y hoy ya llevaban en brazos a su primer retoño, ataviado con las mejores galas de la zona.

Después del enlace, una charanga acompañó a los novios y a su séquito nupcial a dar un paseo de recién casados por las calles de Toro. Todos se sintieron protagonistas por un día ya que fueron muchos los flashes que iluminaron a los pequeños durante su recorrido.

Después del paseo, tanto los invitados como los novios disfrutaron de una merienda que hizo de banquete de boda con bocadillos, embutido, aperitivos, refrescos y dulces que se sirvieron en el Ayuntamiento. Seguro que, dentro de muchos años, estos jóvenes contarán a sus hijos el día en que ellos se casaron por todo lo alto para celebrar el carnaval de su ciudad.