La asamblea de la Junta Agropecuaria Local celebró la noche del viernes una asamblea en el restaurante Catayo de Toro en la que los socios aprobaron la propuesta de la directiva de vender una finca de regadío en la vega de Toro para obtener fondos con los que continuar la segunda fase de las obras de restauración de su sede. También se aprobaron las cuentas de este año y las del próximo, marcadas por la ausencia de financiación pública como ha venido siendo habitual en los últimos años. En la reunión estuvo presente el arquitecto que lleva a cabo las obras de la sede para explicar el estado de las mismas y lo que se pretende hacer en la próxima fase.

La asamblea aprobó la venta, que se realizará mediante subasta abierta una vez se hayan presentado los papeles necesarios ante la Cámara Provincial y a la Junta de Castilla y León. Tras estos trámites se producirá la subasta abierta, con la que la entidad espera ingresar alrededor de 200.000 euros para completar las obras que se están llevando a cabo y poder realizar el salón de actos, los bajos, las oficinas y la galería exterior. El proyecto presentado ayer por el arquitecto se calcula que podría oscilar entre los 200.000 y los 250.000 euros.

La venta fue aprobada prácticamente por unanimidad entre los presentes, con solo una abstención y un voto en contra. También la mayoría de los presentes estuvo conforme con las cuentas de la entidad, ya que la entidad tiene unas cuentas saneadas pese a la situación complicada de la financiación. "Nuestros ingresos son prácticamente nulos y se intenta salir adelante como se puede, ya que hasta la ejecución de las obras no podremos alquilar locales y empezar a ganar dinero", explica el presidente de la Junta Agropecuaria, Bernardo Caballero. "Nuestras vías de financiación se han acabado porque las obras nos impiden alquilar los locales, los pastos y la caza tampoco dan prácticamente nada y no contamos ni esperamos con subvenciones ni de la Junta ni del Ayuntamiento", afirma. La Junta cuenta con recursos económicos para realizar la primera fase de la obra, pero necesitan fondos para realizar la segunda. "Si acabásemos la primera fase y no consiguiéramos financiación pública y no se vende la finca, pararíamos la obra", concluye Caballero.