Los viticultores, sobre todo de la zona de Morales, están que trinan. Los daños de los topillos han sido muy grandes y ahora son más visibles que nunca, cuando ya no hay hojas y se comprueba que los ratones han dañado (y cortado en muchos casos) los sarmientos guías, aquellos que están mejor situados en la cepa y que deberían ser la base de la vendimia próxima.

«Los daños son mucho más grandes de lo que pensábamos. Lo estamos comprobando ahora, cuando vamos a podar y no sabemos que pulgares dejar porque los mejores, los de carga, están mordidos o cortados». La frase, con más o menos adjetivos, se repite en la zona y son muchos los viticultores que creen que la próxima campaña va a estar marcada también por la acción de los topillos, aunque a partir de ahora el control de la plaga sea más efectivo.

Se da, además, la circunstancia de que muchos de los viñedos más atacados por los topillos son los que sufrieron también la acción del pedrisco. En esta situación, la poda debe cumplir una función claramente reparadora.

La poda, en estos casos, debe ser establecida para lograr una nueva brotación de la planta, que debe dar origen a una pequeña cosecha. Si la granizada fue temprana, antes de florecer, e intensa, se deben podar sin demora los pámpanos afectados a pocos centímetros de su inserción. En el caso de granizadas tardías, poco o nada puede hacer el viticultor.

Hay numerosos sistemas de poda, dependiendo de la tradición de cada zona vitivinícola, tradición que tiene su origen en la climatología. En la zona vitivinícola de Toro se emplean también diferentes sistemas.

Las formas más conocidas son la poda en redondo (la más utilizada), de pulgar y vara (daga y espada o Guyot sencillo), doble pulgar y vara (Guyot doble y sistema bordelés), triple pulgar y vara, cuádruple pulgar y vara, y cordón simple y doble (Royat, Thomery, Cazenave, Silvoz y derivadas). También se emplea el sistema de poda en parral, propia de tierras de gran fertilidad y en regadío, obteniéndose grandes producciones. Y así mismo, el sistema Jerez de gran perfección y meticulosidad para la variedad Palomino que precisa por su fertilidad una poda larga de producción.