Un aviso por violencia machista destapa un narcopiso en Vila-real

Nada hacía presagiar en Vila-real (Castellón) que una llamada por un posible caso de violencia de género acabaría el lunes por la noche con un narcopiso desmantelado. 

Según ha podido saber Mediterráneo de fuentes solventes, un vecino dio un aviso telefónico a la policía sobre las 22.00 horas e indicó que una mujer se había asomado a la ventana, gritando, en un edificio de la plaza San Pascual. El testigo afirmó que en ese momento, un hombre la había introducido a la fuerza, de nuevo, en el domicilio, por lo que se decidió a dar parte a las autoridades.

Cuando llegó la primera patrulla de la Policía Nacional de Vila-real, el varón en cuestión ya no se encontraba en el inmueble, pero había dejado un reguero de bolsitas y polvo blanco en la vivienda. El varón, de nacionalidad española, había saltado por una ventana del edificio, haciéndose varias fracturas y tuvo que ser llevado al hospital por sus lesiones. Al parecer también llevaba consigo unos 250 gramos de cocaína.

La mujer le dijo a a los agentes personados en el lugar que ella y su pareja habían llegado a Vila-real, procedentes de Barcelona, hacía un mes. Asimismo, admitió que él se dedicaba al tráfico de sustancias estupefacientes.

Según ha podido averiguar este diario, la mujer les entregó a los policías nacionales unos 150 gramos de cocaína y también sustancia para corte. Más tarde, los efectivos también se hicieron con 300 gramos de hachís que había en el piso. También se detuvo a una tercera persona, de origen magrebí.

Todo parece indicar que los detenidos se dedicaban al tráfico de sustancias y que la vivienda era utilizada como narcopiso.

¿Qué es un narcopiso y desde cuándo funcionan?

De un tiempo a esta parte, los conocidos como narcopisos --algunas de ellas simples viviendas utilizadas por los vendedores para dispensar y otras convertidas en auténticos laboratorios con métodos sofisticados-- y el servicio de telecoca --la venta de droga a domicilio durante las 24 horas del día a través de camellos-- se encuentran en el punto de mira de los agentes y constituyen el modus operandi más detectado en la provincia. 

La operativa de los traficantes varía en función de los tiempos y, como reconocen los propios investigadores, «siempre va por delante que los métodos de la policía».

Aunque los cuerpos y fuerzas de seguridad comenzaron a conocer esta metodología desde principios de los años 2000 por los casos detectados en ciudades fronterizas con Marruecos, en los últimos tiempos esta operativa se ha establecido con fuerza en toda España y también en Castellón. Los traficantes se exponen continuamente, ya que realizan pedidos non-stop los 365 días del año, circulando en moto o coche para sus repartos o vendiendo en la casa.