Un tiburón de dos metros asusta a los bañistas en la playa de Aguamarina de Orihuela Costa

El servicio de socorrismo y la Policía Local realizan una batida por la zona sin que se haya vuelto a divisar al escualo

Un tiburón de dos metros asusta a los bañistas en la playa de Aguamarina de Orihuela Costa

LAURA JANE GUTIÉRREZ

Loreto Mármol

La temporada de playa en Orihuela Costa se ha inaugurado este jueves con un gran susto en la playa de Aguamarina. Hacia las 10.00 horas un socorrista y un bañista han divisado un tiburón de grandes dimensiones, de unos dos metros de largo, en la zona de baño.

Testigos presenciales afirman que incluso una mujer ha sufrido una crisis de ansiedad cuando se ha percatado de que el escualo nadaba a escasos metros de donde se encontraba.

Rápidamente, los vigilantes han advertido con el silbato a los bañistas para que salieran del agua. Precisamente, hoy ha comenzado el servicio de socorrismo en las playas oriolanas.

Los socorristas han dado parte a la Policía Local, y los efectivos han hecho una batida por la zona sin que lo hayan vuelto a ver, por lo que la bandera ha continuado verde y algunos usuarios tan solo cinco minutos después del suceso se han vuelto a meter en el agua.

Según estudios científicos, el aumento de las temperaturas del mar por el cambio climático afecta a todas las especies, incluso a los grandes depredadores, pudiendo alterar los patrones y las áreas de distribución y rutas migratorias de los tiburones.

Por su aspecto, podría tratarse de una tintorera, una especie de la familia de los tiburones del Mediterráneo. El biólogo Juan Antonio Pujol explica que el ejemplar, por su comportamiento, parece tener algún tipo de problema. Como todos los que suelen acercarse al litoral, puede haber sufrido la interacción con otro animal marino, haber sido atrapado por un anzuelo y haberse soltado o sufrir alguna enfermedad.

En este sentido, afirma que todos los veranos suelen acercarse ejemplares de tintorera a las costas, bien por estos problemas o lo hacen ya muertos. Además, Pujol insiste en que no es un animal peligroso. Su alimentación se centra en peces, y "es muy raro que ataque a las personas, mucho menos en estos casos con problemas o enfermos".

Lógicamente, reconoce, "encontrarse con un ejemplar de estas características en la orilla si te estás bañando impresiona, pero hay que mantener la calma, porque no son agresivos".