Cumbre del clima

El despertador suena: COP28 y la salud

El impacto del calentamiento sobre la contaminación repercute en un notable incremento de alergias, asma, enfermedades respiratorias y cardíacas y cánceres; y unos siete millones anuales de muertes prematuras

Debemos preparar nuestros sistemas sanitarios para afrontar los nuevos y muy graves retos. Descarbonizar nuestras instalaciones, establecer sistemas de vigilancia efectivos y añadir capacidad de respuesta

Un hombre camina junto a banderas durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, el 3 de diciembre de 2023.

Un hombre camina junto a banderas durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, el 3 de diciembre de 2023. / EFE

Joan Guix

En la evolución de los tiempos, el ser humano ha progresado haciendo que el entorno se adaptara a sus necesidades al contrario de lo que hacen el resto de las especies, que es adaptarse al entorno, pero la utilización masiva de combustibles orgánicos y la consecuente emisión de gases de efecto invernadero está llevándonos a una situación potencialmente catastrófica. El entorno nos obligará a cambiar nosotros.

Hemos tardado mucho en darnos cuenta de lo que pasa. Quizá hemos tardado demasiado.

Ciertamente la ONU ha impulsado foros internacionales para denunciar la situación y encontrar soluciones. En 1992 se creó la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Río, y se dotó de la Conferencia de las Partes (COP) como órgano supremo de decisión, que anualmente se celebra en un país diferente. Este año, entre el 30 de noviembre y el 12 de diciembre, en Dubái se hace la 28 edición, la COP28, y es importante por dos motivos principales. Por primera vez se revisarán los resultados obtenidos en relación a los objetivos marcados en París, en 2015, el principal de los cuales era limitar el calentamiento global en 2 °C, y preferiblemente 1,5 °C respecto de los niveles preindustriales. Difícil. Todo el mundo está de acuerdo en que estamos llegando al límite de la reversibilidad, pero es muy poco probable que se logren los compromisos establecidos. Los intereses financieros están demasiado marcados, y el hecho de celebrarlo en Dubái, capital del petróleo, bajo la presidencia del CEO de una de las principales compañías petrolíferas mundiales hacen pensar que los objetivos reales difieren bastante de los compromisos de París. Y ojalá me equivoque.

Pero sí que hay un aspecto potencialmente positivo: la salud.

La crisis climática tiene una dimensión incontestable: su efecto en la salud de las personas. El impacto del calentamiento sobre la contaminación repercute en un notable incremento de alergias, asma, enfermedades respiratorias y cardíacas y cánceres; y unos siete millones anuales de muertes prematuras. Las temperaturas extremas, especialmente las altas temperaturas, han provocado más de 60.000 muertos este año en Europa, con un incremento de un 70% entre los mayores de 65 años en los últimos 20 años. Y 2024 promete ser un año todavía más cálido que el anterior.

Las sequías e inundaciones tienen una notable influencia sobre la cantidad y la calidad, no solo del agua de consumo, sino sobre el conjunto de la producción alimentaria, especialmente en la agricultura y ganadería. Los cambios de usos de la tierra, la deforestación y desertización están provocando cambios en la distribución de vectores que, junto con el fenómeno de la globalización, llevan a enfermedades emergentes y epidemias. Los costes por el impacto de la crisis climática sobre la salud de las personas está entre los 2.000 y 4.000 millones hasta 2030, y el Banco Mundial prevé que el 40% de la pobreza se derivará de los efectos sanitarios del cambio climático.

Ciertamente, en las últimas COP se ha hablado de la salud, pero en esta es la primera vez que se dedica toda una jornada, el pasado 3 de diciembre, a hablar concretamente de salud. 65 ministros juntos. Hay que esperar resultados, pero que los efectos del clima sobre la salud estén en las agendas políticas mundiales, ya es mucho.

El Director General de la OMSTedros Adhanom, ha afirmado: “No hay alternativa: los dirigentes mundiales tienen que priorizar la salud si quieren que nuestras sociedades sean capaces de resistir los efectos del calentamiento mundial y recuperarse bien de ellos. En Dubái, tienen que dejarse de circunloquios y reconocer los enormes beneficios para nuestra salud y nuestro bienestar de actuar más decididamente contra el cambio climático. La salud de la humanidad y nuestras economías lo necesitan con urgencia”.

Debemos preparar nuestros sistemas sanitarios para afrontar los nuevos y muy graves retos. Descarbonizar nuestras instalaciones, establecer sistemas de vigilancia efectivos y añadir capacidad de respuesta. Y recordar, siempre, que la salud humana está íntimamente relacionada con la salud animal y la del entorno. Una sola salud: 'One Health'.

Ya era hora. Ojalá que en Dubái suene un despertador para todos los gobiernos del mundo que recuerde que el efecto más grave de la crisis climática recae en nuestra salud.