Investigación

Un estudio incide en la influencia familiar en el consumo de alcohol y cannabis de los jóvenes

"Los adolescentes con conflictos familiares tienen más probabilidades de consumir estas drogas", afirman los expertos de la investigación

Susana Al Halabí.

Susana Al Halabí. / FERNANDO RODRIGUEZ

Jorge Lay

La manera en la que un adolescente se relaciona con su familia tiene influencia en el consumo de alcohol y cannabis que ese joven puede llevar a cabo. Así se ha constatado en una investigación colaborativa, fruto de una tesis doctoral de la Universidad de Oviedo, que pone de relieve la importancia de la implicación de la familia en la prevención del consumo de sustancias en la adolescencia y destaca la necesidad de considerar "enfoques personalizados" según el sexo en las intervenciones preventivas ya que la forma de afrontar de los chicos y las chicas tiene numerosas diferencias.

El estudio, cuyos resultados acaban de publicarse en la revista "Addictive Behaviors", de máximo impacto en su área de conocimiento, constituye una de las publicaciones de la tesis doctoral de Dalila Eslava, que será defendida a finales de este año. Una tesis que ha sido dirigida por la profesora de la Universidad de Oviedo Susana Al-Halabí y el profesor Víctor J. Villanueva-Blasco, de la Universidad Internacional de Valencia. Han participado también la profesora Carmela Martínez-Vispo, de la Universidad de Santiago de Compostela, y el profesor José Errasti, de la Universidad de Oviedo.

El trabajo se fundamentó en un estudio sobre un grupo de 879 estudiantes de Institutos de Educación Secundaria, con edades comprendidas entre los 11 y los 18 años. De esta muestra, dos de cada diez chicos y tres de cada diez chicas admitieron haber consumido alcohol durante el último mes. Además, el 9,9 por ciento de los chicos y el 7,6 por ciento de las chicas indicaron que habían consumido cannabis junto con alcohol durante el mismo período.

Los resultados demostraron que los adolescentes que no consumían ninguna de estas sustancias presentaban un mejor funcionamiento familiar en términos de comunicación, apoyo social y menor conflicto en el hogar. Por otro lado, se observó que los varones que experimentaban mayores conflictos familiares tienen una mayor probabilidad de ser consumidores tanto de alcohol como de alcohol junto con cannabis. Sin embargo, este patrón de relación no se encontró tan marcado entre las chicas que indicaron tener una mayor presencia de comunicación y más apoyo social en sus familias.

La profesora de la Universidad de Oviedo Susana Al-Halabí, señaló que una mayor presencia de conflicto en el hogar se asocia con un consumo más prolongado y problemático de drogas durante la adolescencia. "Otras variables familiares, como el apoyo emocional y una buena comunicación, influyen significativamente en el desarrollo de comportamientos saludables en los adolescentes", abunda.

Uno de los aspectos novedosos de este estudio fue la atención específica a las diferencias de género en la relación entre las variables familiares y el consumo de alcohol y cannabis. Los investigadores encontraron diferencias significativas en cómo los chicos y las chicas interactúan con estas sustancias en función del apoyo familiar y las consecuencias por saltarse las normas. "Los adolescentes con mayor conflicto familiar tuvieron una mayor probabilidad de consumir alcohol junto con cannabis (consumo dual), pero esto solo se encontró en chicos. Entre aquellas chicas cuyas familias aplicaban consecuencias coherentes por saltarse las normas familiares se observa una menor probabilidad de ser consumidoras", explica Al- Halabí.

Los investigadores concluyeron que es fundamental seguir estudiando cómo impactan las variables familiares en los diferentes patrones de consumo mediante estudios longitudinales que analicen las diferencias entre los participantes según su género.