Los adultos mayores que comienzan a experimentar malos sueños o pesadillas podrían estar mostrando los primeros signos de la enfermedad de Parkinson, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Birmingham (Reino Unido).

La nueva investigación, publicada en la revista 'eClinicalMedicine', mostró que en una cohorte de hombres mayores, los individuos que experimentaban malos sueños frecuentes tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados posteriormente con Parkinson que los que no lo hacían. La información es relevante porque el Párkinson avanza. De hecho, en España, el número de personas con esta enfermedad será tres veces mayor en 2050.

Estudios anteriores han demostrado que las personas con la enfermedad de Parkinson experimentan pesadillas y malos sueños con más frecuencia que los adultos de la población general, pero el uso de las pesadillas como indicador de riesgo para el Parkinson no se había considerado previamente.

Pocos indicadores de riesgo

El autor principal, el doctor Abidemi Otaiku, del Centro para la Salud del Cerebro Humano de la Universidad, apunta que, "aunque puede ser realmente beneficioso diagnosticar la enfermedad de Parkinson de forma temprana, existen muy pocos indicadores de riesgo y muchos de ellos requieren costosas pruebas hospitalarias o son muy comunes e inespecíficos, como la diabetes".

"Aunque tenemos que llevar a cabo más investigaciones en este ámbito, identificar el significado de los malos sueños y las pesadillas podría indicar que los individuos que experimentan cambios en sus sueños en la edad avanzada -sin ningún desencadenante obvio- deberían buscar consejo médico", añade.

Periodo de seguimiento

Durante el periodo de seguimiento, se diagnosticaron 91 casos de Parkinson. Los investigadores descubrieron que los participantes que tenían pesadillas frecuentes tenían el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con los que no los tenían. La mayoría de los diagnósticos ocurrieron en los primeros cinco años del estudio. Los participantes con malos sueños frecuentes durante este período tenían más de tres veces la probabilidad de desarrollar Parkinson.

Los resultados sugieren que los adultos mayores que algún día serán diagnosticados con Parkinson son propensos a comenzar a experimentar malos sueños y pesadillas unos años antes de desarrollar los rasgos característicos del Parkinson, incluyendo temblores, rigidez y lentitud de movimiento.