La ciudad también tiene su papel fundamental en la semana de Pasión. "El conjunto histórico se convierte en elemento inherente, en escenario y marco singular de esta expresión cultural", se apunta. De hecho, se destaca que la Pasión zamorana "no se podría comprender sin el urbanismo y la arquitectura de la ciudad", por la especial estética que le otorga. En este sentido, también se destacan determinados puntos de la capital que están especialmente vinculados a estos días, como la Plaza Mayor, "donde se celebran la mayoría de los actos institucionales", la plaza de la Catedral, "que recoge la salida y llegada de varias procesiones", la plaza de Viriato, "en la que se escenifica el rezo de las Siete Palabras y el canto del Miserere", el arco de San Ildefonso, "en cuyo entorno se reza el Vía Crucis" o las Tres Cruces, "donde tiene lugar la estación y posterior ceremonia de las reverencias" a la imagen de La Soledad.