Cómo engañar a tu cerebro, y al de una mosca, para que escoja un alimento más saludable

Investigadores de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, descubren la forma en que moscas y humanos escogemos los alimentos ¿Es posible interferir en esta decisión?

El cerebro de las moscas actúa frente a los alimentos

El cerebro de las moscas actúa frente a los alimentos / Imagen de Ted Erski en Pixabay

¿Cuál es el proceso que sigue nuestro cerebro para escoger el menú de cada día? ¿Alguna vez se lo ha preguntado? No a todos nos gusta lo mismo ni nos apetece lo mismo en el mismo momento. ¿Por qué?

¿Y si además descubriéramos que las moscas y los humanos seleccionamos los alimentos que comemos y el momento en el que lo hacemos, de la misma manera?

Pues así es.

Las moscas tienen un gusto realmente exigente y se pasan horas decidiendo qué llevarse a la boca. Y un investigación de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, ha descubierto los mecanismos que llevan a que las moscas de la fruta escojan un alimento u otro.

La mosca de la fruta fue la utilizada para esta investigación

La mosca de la fruta fue la utilizada para esta investigación / Foto de v2osk en Unsplash

Sabores dulces con nutrientes suficientes

El proceso de selección de las moscas, según muestran en este estudio, es ciertamente similar al que llevamos los humanos.

Estos insectos no se cansan de buscar sabores dulces que cuenten con los nutrientes suficientes para satisfacer sus exigencias calóricas.

Tanto es así que son capaces de evitar los alimentos más amargos y «potencialmente tóxicos».

A partir de ahí, el objeto de estudio era conocer si se podía o no acabar influyendo en la decisión de las moscas.

Y para averiguarlo, y acabar viendo las coincidencias con la forma en que tomamos decisiones los humanos, se les "obligó" a decidir entre:

  1. Alimentos dulces y nutritivos mezclados con quinina amarga
  2. Alimentos menos dulces, pero no amargos, que contienen muchas más calorías que el resto.

En ese momento, y gracias a la utilización de neuroimágenes, una herramienta tecnológica de la que suele servirse la ciencia, los científicos rastrearon la actividad cerebral de las moscas para ver y entender la forma en que tomaban la decisión entre ambos tipos de productos.

Se puede influir en el cerebro para que nos apetezca la comida más sana

Se puede influir en el cerebro para que nos apetezca la comida más sana / Foto de engin akyurt en Unsplash

Cómo engañar al cerebro para escoger alimentos más saludables

Planteada la alternativa para que las moscas tomasen una decisión, la pregunta era si sería posible, o no, engañar a nuestro cerebro y al de la mosca para escoger el alimento que nosotros queramos que escoja.

La respuesta es sencilla: Sí.

Según el estudio publicado en la revista científica Nature Communications, las moscas transmitían la información a una zona de su cerebro conocida, en inglés, como «fan-shaped body» («cuerpo en forma de abanico») donde finalmente acababan tomando la decisión sobre si escoger el alimento más amargo y calórico o el dulce, en este experimento.

Moscas de la fruta

Moscas de la fruta / Foto de Jin Yeong Kim en Unsplash

Y es en esa zona donde los investigadores de la Universidad de Yale encontraron patrones de actividad neuronal que cambian cuando se introducen nuevas opciones de alimentos, y que acaban dictando a la mosca qué alimento debe ingerir.

Este descubrimiento demuestra que existe «un gran ciclo de retroalimentación» a la hora de la toma de decisiones, como señala Michael Nitabachprofesor de fisiología celular y molecular, genética y neurociencia en la Facultad de Medicina de Yale y autor principal del estudio.

Los humanos y las moscas escogemos igual los alimentos

Es en esa zona llamada «fan-shaped body» donde se encuentran las similitudes entre humanos y moscas a la hora de escoger los alimentos a ingerir.

En ambos cerebros, en el de estos molestos insectos y en el de la especie humana, existe una regulación que se lleva a cabo por la secreción de neuropéptidos y dopamina, que es un neurotransmisor.

Mosca

Mosca / Museu Paulista objects

En los humanos se encarga éste último, la dopamina, de ayudar a regular las sensaciones de recompensa de nuestro organismo.

  • Cuando en esta red se produce algún tipo de cambio, casual o programado, como en el caso de las moscas, pueden acabar alterando la respuesta de nuestro cerebro a la hora de escoger un tipo u otro de alimento.

Y como señala Preeti Sareen, PhD e investigadora científica asociada en la Universidad de Yale, y directora del equipo de investigación de este estudio:

  • «La neuroquímica, en ocasiones, puede dictar las elecciones de alimentos que creemos que estamos haciendo conscientemente».

El cerebro sigue siendo uno de los grandes desconocidos de nuestro organismo, si no el más desconocido.

Gracias a este estudio la ciencia cuenta ya con «una plantilla para comprender cómo es que cosas como el hambre y los estados emocionales internos influyen en nuestro comportamiento», tal y como apunta el profesor de fisiología celular y molecular de Yale, Michael Nitabach.

Un paso más en la intención de acabar entendiendo, en gran medida, cómo funciona el cerebro, uno de los grandes motores de nuestro organismo.

Y también sería una gran fórmula para que comer sano sea a la vez un disfrute para los sentidos, lo que acabnaría con muchos problemas de salud.