Fumar, un hábito vintage: ¿por qué los jóvenes siguen fumando a pesar de la información que han recibido sobre ello?

A estas alturas, cualquier ciudadano, incluidos los más jóvenes, es consciente de los graves riesgos asociados al consumo de tabaco. Según la Organización Mundial de la Salud, el tabaquismo es la primera causa evitable de enfermedad y de muerte prematura a nivel mundial.

Está claramente establecida su relación con multitud de enfermedades, entre ellas 20 tipos de cáncer, como el cáncer de pulmón. Es causa directa, o agravante, de enfermedades respiratorias como la EPOC. Y también es un importante factor de riesgo cardiovascular.

Según los datos de la última Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES 2022), que publica de forma bienal el Ministerio de Sanidad, el tabaco es la segunda droga, tras el alcohol, más consumida en nuestro país. Un 39% de la población española, entre los 15 y los 64 años, ha consumido tabaco en alguna de sus formas, lo que supone tan solo un ligero descenso respecto al estudio de 2020. Adicionalmente, habría que tener en cuenta los riesgos que también afectan a los fumadores pasivos.

Los datos relacionados con los jóvenes son aún más preocupantes. Según los datos del mencionado estudio, los datos de prevalencia del consumo de tabaco durante el año 2022 son aún mayores en el grupo de 15 a 34 años. Además, la edad de inicio en el consumo se mantiene estable, 16,6 años, siendo muy similar a la edad de inicio en el consumo de alcohol.

Hablamos sobre este tema con la doctora Mercedes García-Salmones Martín, Jefe de Servicio de Neumología en Hospital Universitario Rey Juan Carlos, intentando entender qué es lo que mueve a los más jóvenes a fumar, en un contexto en el que tienen información de sobra acerca de los perjuicios del tabaco.

¿Cómo es posible que con toda la información que existe sobre los efectos perjudiciales del tabaco para la salud, los jóvenes continúen fumando?

Hay muchas razones por las que los adolescentes comienzan a fumar: para sentirse miembros de su grupo, sobre todo, pero también existen necesidades concretas de experimentar, de reafirmar su identidad como adulto e incluso de transgredir normas.

Es cierto que ahora hay mucha información disponible sobre los efectos perjudiciales para la salud, pero no siempre está bien dirigida al público adolescente. Hay que tener en cuenta que la posibilidad de tener una enfermedad respiratoria en la madurez es algo que no está dentro de las preocupaciones inmediatas de un adolescente de 13 años. Aunque el adolescente conozca esta posibilidad, va a contar poco frente a factores más inmediatos. En los jóvenes, la presión de grupo es especialmente importante y es muchas veces la causa del inicio del consumo. Por otra parte, a pesar de la restricción que hay en la publicidad actual, todavía hay un porcentaje muy elevado de adultos que fuma y que pueden ser tomados como modelo por los adolescentes.

Cabe señalar que una vez iniciado el consumo se perpetúa por la adicción que produce.

¿Existe algún tipo de consumo de tabaco reducido que no sea perjudicial?

Definitivamente no existe ningún consumo de tabaco que no sea perjudicial. La Sociedad Española de Neumología ha advertido en múltiples ocasiones contra las nuevas formas de fumar como la cachimba o el cigarrillo electrónico, que a veces son vistas erróneamente como menos nocivas y que están iniciando en el consumo a muchos jóvenes.

¿Son suficientes las medidas y políticas antitabaco implantadas en España hasta la fecha?

Efectivamente, se han implementado políticas públicas muy efectivas, como la prohibición de publicidad dirigida a menores, la introducción de empaquetados genéricos para los productos de tabaco, la prohibición de fumar en lugares públicos, y programas educativos dirigidos a los jóvenes sobre los peligros del tabaco. Sin embargo, la edad de inicio de consumo sigue siendo la misma y no se ha conseguido reducir de la forma esperada el inicio del consumo en los jóvenes.

Sin embargo, los adolescentes y jóvenes están permanentemente conectados a fuentes de información que ellos consideran fiables. Determinados youtubers, por ejemplo, son auténticos gurús para la población joven, conocen sus intereses y preocupaciones y saben perfectamente qué lenguaje utilizar y cómo captar su atención. Quizá debería utilizarse una comunicación similar, suministrando una información veraz, pero enfocada a los intereses de un público joven, más centrado en belleza, deporte, salud inmediata, incluso ecología.