En los años 50 se empezaron a fabricar los hornos microondas, pero no fue hasta la década de los 70 cuando este electrodoméstico irrumpió en los hogares de EEUU. En España tardó en instalarse algo más, entre finales de los años 80 y la década de los 90.

Este aparato revolucionó las cocinas domésticas y fulminó los tiempos de preparación de las comidas. A día de hoy continúa siendo una herramienta muy práctica con la que además se pueden cocinar platos sanos, deliciosos y en pocos minutos.

Sin embargo, a día de hoy, mucha gente sigue sin saber cómo usarlo correctamente. Por un lado, hay que tener en cuenta que no todos los alimentos quedan bien tras pasar por el microondas; algunos ver mermado su sabor, otros su textura y otros pierden en propiedades. Por otro, algo mucho más básico: la forma de colocar los alimentos en el micro importa mucho (y solemos hacerlo mal).

Cómo colocar las cosas en el microondas

El sentido común nos lleva a colocar las cosas que queremos calentar en el microondas en el centro del plato. De forma intuitiva, pensamos que esa es la mejor forma para que se caliente de manera uniforme por todos lados. Pero la realidad es que nos equivocamos.

Llevamos toda la vida haciéndolo mal. Los alimentos que introducimos en el microondas deben situarse en uno de los extremos del plato para que, al girar, reciba el calor de forma homogénea por todos sus lados.

Más consejos

Además de la ubicación dentro del microondas, otras cuestiones pueden afectar su funcionamiento y a la distribución del calor en los alimentos. Además, por supuesto, de en la seguridad. Por ello, aquí tienes algunos consejos para calentar adecuadamente los alimentos en el microondas:

Utiliza recipientes aptos para microondas: asegúrate de utilizar recipientes y envases que sean seguros para su uso en el microondas. Evita recipientes metálicos, ya que pueden causar chispas o dañar el microondas. Opta por recipientes de vidrio, cerámica o plástico aptos para microondas, que no sean demasiado calientes al tacto.

Distribuye los alimentos de manera uniforme: coloca los alimentos en el centro del plato o recipiente, distribuyéndolos de manera uniforme. Esto ayuda a que se calienten de manera más homogénea. Evita amontonar o apilar los alimentos, ya que esto puede generar áreas de calentamiento desigual.

Cubre los alimentos: cubrir los alimentos con una tapa apta para microondas o con papel film perforado ayuda a retener la humedad y acelera el proceso de calentamiento. Al perforar el papel film con pequeños agujeros, permites que el vapor escape sin generar una acumulación excesiva de presión.

Revuelve o remueve los alimentos durante el calentamiento: si estás calentando alimentos en un recipiente grande, es recomendable que los revuelvas o remuevas a mitad del tiempo de calentamiento. Esto ayuda a distribuir el calor de manera uniforme y evita que se calienten demasiado en algunos puntos y queden fríos en otros.

Ajusta el tiempo y la potencia de cocción: sigue las instrucciones del fabricante o utiliza tus propias preferencias para ajustar el tiempo y la potencia de cocción en función de los alimentos que estés calentando. Algunos alimentos requieren menos tiempo y una potencia más baja, mientras que otros necesitan más tiempo y una potencia más alta. Prueba diferentes ajustes hasta encontrar el adecuado para cada tipo de alimento.

Por último, recuerda siempre tener precaución al manipular los alimentos calientes sacándolos del microondas. Utiliza guantes o agarraderas para proteger tus manos y evita el contacto directo con los recipientes calientes.