Opinión | Zamoreando

¿Un nuevo cisma?

Las monjitas clarisas y el impresentable que habita un pisazo en un ambiente de lujo asiático

Las monjas clarisas, en una imagen subida a su recién creada cuenta de Instagram.

Las monjas clarisas, en una imagen subida a su recién creada cuenta de Instagram. / Instagram

¿Y van? A bote pronto, recuerdo los dos principales cismas de la Iglesia. El cisma de Oriente, en el siglo XI y el cisma de Occidente o cisma de Aviñón el siglo XIV. Mal asunto porque el Cisma de Occidente o Gran Cisma, que duró 40 años, fue un período de la Baja Edad Media durante el cual la Iglesia católica estuvo dividida bajo dos y hasta tres papados simultáneos, con sedes en Aviñón y en Roma. Solo que siglos después, en el XXI, el cisma del que algunos empiezan a hablar, es más doméstico, más local. Ni Focio, ni Miguel Cerulario, ni roma ni Aviñon, ni Papa Luna.

Esta vez son las monjitas clarisas del monasterio burgalés de Belorado, parada obligatoria del Camino de Santiago, que, por un quítame allá esa venta, han decidido, motu proprio o no tan proprio, romper su silencio para darle nones al Santo Padre de Roma, al que poco más o menos consideran un impostor. Esta idea no ha salido de las monjas. Este asunto es obra de un impresentable, como el del Palmar de Troya, que responde al nombre de Pablo de Rojas Sánchez-Franco quien niega la debida legitimidad papal de Juan XXIII y no reconoce a ningún obispo de Roma posterior a Pío XII.

Este individuo que habita un pisazo de muchos metros cuadrados en un ambiente de lujo asiático, es el que ha manipulado a las monjas clarisas de Belorado y Orduña asegurándoles que, él y sólo él, es el único garante de la Iglesia tradicional y de la fe católica. ¡Dios nos pille confesados! Quien lo ha retratado de inmediato, con la sagacidad que acredita, es nuestro Luis Santamaría desvelando que estamos ante "un personaje megalomaníaco con delirios de grandeza, que aúna lo eclesiástico y lo nobiliario, que se pasea por Bilbao con ornamentos episcopales propios de otra época y que, en este caso, todo parece indicar que se ha aprovechado de una situación de vulnerabilidad de una comunidad de religiosas para presentarse ante las clarisas como el salvador de la propia comunidad y de la Iglesia católica entera".

Este ente se define a sí mismo como Grande de España y Duque Imperial. ¿A qué me suena? Era lo que nos faltaba.

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