Escalera hacia el cielo

Golda vs. Barbie

Para deleitarse con la soberbia actuación de Helen Mirren hay que ir a Salamanca, cuna del saber y el arte

La actriz australiana Margot Robbie, caracterizada como Barbie.

La actriz australiana Margot Robbie, caracterizada como Barbie. / Barbie

Bárbara Palmero

Bárbara Palmero

He tenido la oportunidad de participar en la Jornada sobre Nuevos yacimientos de Empleo y Nuevos activos en el Medio rural organizada por Reder Villafáfila. De bien nacidos es ser agradecidos, y doy infinitas gracias a quienes pensaron en mí como ponente.

No soy ejemplo, modelo a seguir, ni nada que se le parezca. Soy una humilde pastora orgullosa de serlo, que a veces junta letras para contar historias que divierten a unos y espantan a otros. Y mi intervención versó sobre el cambio de rumbo que di a mi vida para dedicarme a criar lechazos.

No soy ejemplo porque no soy una Barbie, ni lo quiero ser. Me niego a adoptar este estúpido patrón de empoderamiento femenino para el siglo XXI que el Biopoder, del que nos advertía el filósofo Míchel Foucault, ha inoculado en la voluntad de mi prójimo.

El adoctrinamiento para la subyugación de cuerpos y mentes alcanza tal magnitud, que es normal que la sociedad, casi al completo, acepte sin reservas el modelo impuesto. Frente a Barbie, esa muñequita- mujer perfecta que vive en su ideal mundo color rosa: rubia despampanante y sin cerebro, se ha estrenado en cines Golda.

Donde una inconmensurable Helen Mirren interpreta a la primera ministra israelí, tercera mujer en dirigir un país en el siglo XX, tras Sirimavo Bandaranaike en Sri Lanka e Indira Gandhi en India. La película se centra en la guerra del Yom Kippur, en la que Israel combate a una coalición de ejércitos árabes, y cuyas consecuencias propiciarán su caída en desgracia.

El siglo XXI impone que la mujer sea un bonito trozo de carne, despampanante, frívola, insustancial, empoderada y carente de genio, personalidad y pensamiento critico

Después de bordar su actuación como Isabel II en The Queen, papel por el que consiguió el Oscar, la actriz británica se enfrenta al difícil reto de interpretar a la "Dama de Hierro" de Oriente. Una mujer real, con sus virtudes y defectos, que se midió a los hombres de igual a igual.

En nuestra sociedad, Barbie es el modelo de mujer a imitar: frívola y exuberante, consumista irredenta e insustancial, sin genio, personalidad, carácter ni pensamiento crítico. Golda es la antítesis. Los seguidores de Barbie son legión, los de Golda son cuatro gatos.

La fiebre por Barbie apesta a control mental y manipulación. Por eso Barbie ha estado, está y seguirá estando hasta en la sopa de ajo. Mientras que, para poder ver Golda en cines, hay que viajar a Salamanca, cuna del saber, el arte y la ciencia. O esperar a que salga en DVD.

Golda, con sus claroscuros, versus Barbie y su estúpido mundo de color rosa.

Hablando de otro bonito trozo de carne-plástico. También el runrún de cada año nuevo sobre el vestido de Cristina Pedroche para dar las campanadas es adoctrinamiento biopolítico. El que la presentadora se desnude más, menos o parecido, forma parte del mismo guión: reducir a la mujer a su apariencia física, obviando sus capacidades intelectuales.

Más universo Barbie: "Zorra" es la canción con la que la cantante Nebulossa va a participar en el Benidorm Fest. Una mala copia de Wendy James de Transvision Vamp, y un contenido que ya Las Vulpess cantaron en los ochenta con más rabia y arte. Y este revolucionario peón rubio del sistema se vende como el culmen del feminismo emancipador…

El Biopoder apuesta por Barbie. Barbie es manejable, boba del todo, y vive absorta en rellenar su bonito vestidor con la nueva colección inverno-primavera de Zara. Mientras que Golda debate, discute, se enfrenta a sus adversarios, y gana la confrontación dialéctica como si fuera un hombre. Golda significa la verdadera igualdad.

Por eso me quedo con la trascendencia político-histórica del dilema moral de Golda, alias la gran Helen Mirren. El mundo de Golda es real, un mundo horripilante lleno de guerras, aciertos y errores, donde no hay blanco o negro, buenos o malos, un mundo lleno de dudas y cuestionamientos éticos. Un mundo infestado de incertidumbres, un mundo que da mucho miedo.

Y aún así, una Golda porfiada, tenaz y empecinada consigue imponer su mandato, aunque implique llevarle la contraria al mundo entero. Asume su responsabilidad, acepta las críticas a su gestión, y sin lloriqueos mujeriles ni sobreactuaciones, dimite y se va.

En este combate, voy con Golda. Barbie no es mas que un bonito trozo de carne-plástico que no deja citas para la posteridad. Mientras que Golda es gente recia de kibutz, de esa que sabe diferenciar el puerro de la cebolla. No me refiero a diferenciarlos envueltos con plastico en la bandeja de corcho del Mercadona.

Spoiler: La cebolla se planta en el suelo. No requiere más esfuerzo que el de cavar un hoyo y taparlo. Mientras que el puerro exige mucho trabajo. Hay que cubrirlo bien, ocultándolo de la luz solar, y así obtener más parte comestible que hojas. Por lo que requiere amontonar gran cantidad de tierra alrededor para que quede bien tapado.

Sin duda. Mejor libro de historia que catalogo de juguetes de El Corte Inglés.

(*) Ganadera y escritora

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