Con motivo de la celebración del 125 aniversario de La Opinión-El Correo de Zamora he reflexionado todos los artículos aparecidos en el especial del pasado 29 de mayo. Mi más cordial enhorabuena a todas las personas que con su pluma han dado vida a los artículos que forman el suplemento porque de la lectura de los mismos se aprecia el amor que tienen por su tierra, nuestra tierra, tan querida por todos, y el deseo de progreso para todos los zamoranos.
Hay temas que nos preocupan a todos los amantes de nuestra tierra, cuales son la desindustrialización y la despoblación, dos problemas crónicos y seculares, basados en el binomio despoblación-envejecimiento.
A consecuencia de la pandemia, algunos estudiosos del tema han puesto de manifiesto que deben eliminarse las brechas que han alejado el mundo rural y el mundo urbano y para ello hay que crear servicios de proximidad para revitalizar el mundo rural.
Leía con especial interés, el artículo del presidente Fernández Mañueco, donde se recoge: “Castilla y León cuenta con los mejores servicios públicos y así va a seguir. Para ello, queremos blindar por ley la sanidad en el medio rural. Zamora tendrá como toda la Comunidad, una sanidad de primera, con médicos y personal de enfermería cerca de las personas con las mejores infraestructuras y la mejor tecnología en los pueblos y ciudades.”
Esperemos que sus palabras se hagan realidad, junto con el plan industrial de Benavente y Monte La Reina, a todo ello, hemos de unir la generación de empleo estable y de calidad y en el mundo rural el fomento del regadío y la ganadería familiar, pero no las macrogranjas, que generan poca mano de obra.
Me han llamado especialmente la atención las declaraciones del cura Teo Nieto que rezan: ”Solo los zamoranos sacarán a Zamora de su declive y solo lo harán si unen sus fuerzas como en los antiguos pueblos donde regía la colectividad. Esto es, ese alma de la tierra al que hay que volver para coger energía y seguir luchando por su supervivencia.”
El presidente de la Diputación, en sus líneas, entre otras cosas, nos dice:” Somos conocedores de la situación que atraviesa la provincia, de sus problemas de despoblación y envejecimiento, de lo complicado que puede ser, en muchos casos, apostar por emprender en estas tierras y, sin embargo, desde la Diputación de Zamora hemos optado por dejar a un lado el pesimismo endémico y el desánimo y ver en estas dificultades, potencialidades”.
Dios le oiga y actúe, porque mal que no es de ahora difícilmente mejora. Todo es posible, gracias a los milagros. Soy creyente y creo en los milagros. Nos sigue diciendo el señor Requejo en su artículo: ”Así entendemos la labor pública desde esta institución: escucha activa y respuesta ágil.”
Le recuerdo las múltiples peticiones llevadas a cabo por mí, por medio de este diario, a cerca del arreglo del camino Agrícola de Valdescorriel a Villalpando y del estado del reguero de Valdescorriel, que no han merecido respuesta ni por la Diputación ni por aparte del Diputado Provincial de Zona, y en cuanto a la puesta en marcha del ferrocarril Vía de La Plata, debe dormir el sueño eterno, pese a que hay razones de peso para su puesta en marcha.
Azucarera, creo recordar, apuesta por poder transportar 800.000 Kg. de azúcar semanales desde Jerez de la Frontera a Benavente por ferrocarril, ferrocarril que re cerró al tráfico en el año 1985. Señores políticos ruego tomen buena nota y luchen por su reapertura. Los zamoranos se lo agradeceríamos. Nunca es tarde si la dicha es buena.
Considero acertadas las líneas de Cipriano García, director general de Caja Rural, cuando dice: “Pensamos que Zamora sigue teniendo enormes posibilidades de crecer, de superar sus problemas, de destacar, de generar riqueza y empleo”. Nos sigue diciendo Cipriano García: “La seguridad de un destino no está escrita, el futuro es de todos los zamoranos que quieran que su hijos permanezcan y den sentido a lo que generaciones de zamoranos hemos construido... “
Les recomiendo lean el artículo de Luis Miguel de Dios, titulado “ Del silencio obligado al silencio de los cementerios” y el artículo de Dª. Bárbara Palmero: ”Una granja llamada libertad “, y apreciar que son grandes conocedores del mundo rural por su vinculaciones de origen y familiares y escriben con conocimiento de causa. Como persona nacida y criada en el mundo rural, solo me cabe la esperanza y que todo cuanto se promete se lleve a buen puerto y que las circunstancias nos sean favorables, porque el tiempo el año presente ha sido para nuestros campos y pantanos totalmente adverso.
No olvidemos que en campo el trabajo, el esfuerzo y las privaciones, a veces, muchas veces, no se encuentran recompensadas, cuando las condiciones climatológicas son adversas y esas especiales circunstancias y el minifundio ha llevado a muchas personas a emigrar. Ánimo, miremos adelante, y cómprense una casa en Zamora o en uno de sus pueblos, así se disminuirá la despoblación y su salud se lo agradecerá.
Pedro Bécares de Lera
