Quisiéramos, en nombre de toda nuestra familia, felicitar y agradecer de corazón los servicios prestados por Cruz Roja, Policía Municipal y Nacional, personal de Sacyl y otros efectivos que fueron alertados eficazmente por el 112 ante un suceso que, afortunadamente, quedó en un susto. La madrugada del viernes recibimos la llamada del servicio de Teleasistencia de Cruz Roja. Con las prisas se nos olvidó preguntar el nombre de la trabajadora-ángel que nos alertó de que una tía nuestra había pulsado el botón de emergencia, que se había caído. Salimos para el domicilio y en todo momento Cruz Roja estuvo pendiente tanto del estado de nuestra tía como de tranquilizarnos mientras llegábamos hasta allí. Y que siguió hablando con mi tía y que llamó minutos más tarde y al día siguiente para comprobar que todo seguía bien.
Agradecimiento a todos los profesionales que, a cualquier hora, cumplen con su deber atendiendo a los más vulnerables. Siempre estaremos en deuda con ellos, al igual que con nuestros mayores
Como era ya de madrugada y no teníamos llave del portal, tuvimos que llamar al 112. Y de nuevo nos encontramos con la rapidez, la amabilidad y la eficacia. Enseguida llegaron dos dotaciones de la Policía Municipal y una de la Nacional que nos ayudaron a controlar la situación. A todos ellos muchísimas gracias, porque nunca nos damos realmente cuenta de la gran valía de todos los profesionales hasta que se necesitan.
Pese a los buenos deseos durante esta pandemia inacabable de la que se supone íbamos a “salir mejor”, la memoria de las mujeres y hombres es más corta que un suspiro. Las viejas costumbres se retoman pronto y un mal hábito de esta sociedad en la que habitamos es la de pensar que somos eternos, olvidar nuestra fragilidad y nuestra vulnerabilidad que crece a medida que cumplimos años. Reiteramos nuestro agradecimiento a todos los profesionales que, a cualquier hora, cumplen con su deber atendiendo a los más vulnerables. Siempre estaremos en deuda con ellos, al igual que con nuestros mayores.
A. López
