La Opinión de Zamora

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Cristina García Casado.

Los telares de Cris

Cristina García Casado

Este año vamos a Villalar

Castilla y León desciende hacia el desastre demográfico y solo tiene remedio si se actúa ya

Asistentes a la campa de Villalar portan las banderas de la comunidad. LETICIA PEREZ

Hoy es un sábado muy señalado: el Día del Libro, el vistoso Día de Sant Jordi y, también, el Día de Castilla y León. No tengo ningún recuerdo de este último. Diría que nunca lo he celebrado, ni en el colegio. Hoy le ponemos remedio.

Tengo imágenes nítidas de gastar la gama de pinturas verdes y marrones el día del árbol, y de cortar en mayo para la virgen un ramo del lilo que ya no está en el jardín de mi abuela. No encuentro nada en mi memoria sobre la bandera de los castillos y los leones, educación regionalista tuve exactamente ninguna.

Este sábado voy por primera vez a Villalar no tanto a festejar el hecho aleatorio de haber nacido en este lugar y no en otro, sino a reclamar un futuro para la tierra que han labrado mis ancestros

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Supe cuando salí de aquí que eso no era lo común en este país. En la residencia de estudiantes de Valladolid había sobre todo banderas de Asturias. Una bandera preciosa, la verdad. Siempre me dio una cierta envidia ese sentimiento de pertenencia.

Este sábado voy por primera vez a Villalar no tanto a festejar el hecho aleatorio de haber nacido en este lugar y no en otro, sino a reclamar un futuro para la tierra que han labrado mis ancestros hasta donde me alcanza el árbol genealógico. No tengo bandera, pero sí memoria.

Podemos sentarnos a divagar sobre si nos apela más o menos el binomio Castilla y León, pero tiempo no es lo que nos sobra. Esta comunidad desciende hacia un desastre demográfico y solo tiene remedio si se actúa ya. El derrotismo no sirve ni como excusa.

No somos una entidad sentimental y no hace falta fingirlo. Pero sí componemos una unidad administrativa y compartimos lo más importante: la sanidad y la educación. Este es nuestro tablero y nadie ha ganado nada nunca sin sentarse a jugar.

Este año vamos a Villalar porque no nos hemos rendido. Esta España todavía no está vacía, aguanten su necrológica. Si no hay un futuro garantizado, tendremos que inventarlo. Con los agoreros, nada; unidos los que confiamos, todo.

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