Es tontería hacerle un ruego al alcalde, señor Guarido, porque el señor Guarido, con respecto a la ciudadanía, está como los tres monitos, ni escucha, ni ve, ni habla. Ni por favor ni sin favor. Don Francisco está más preocupado por mantener saneadas las cuentas municipales que por complacer a los ciudadanos. ¿De qué sirve que sea tan ahorrador, si la ciudad está hecha unos zorros?

El tema de los baches callejeros, las ratas como gatos que se pasean por céntricas calles de la ciudad y las basuras procedentes de los supermercados que rebosan los contenedores y que acaban, en muchos casos, esparcidas en derredor, tras la pertinente manipulación que al caer de la tarde y, cuantas veces también por la mañana, hacen los practicantes de esa insana costumbre de buscar alimentos en la basura, al señor Guarido y su equipo de Gobierno, fundamentalmente al responsable de estos menesteres, les trae sin cuidado.

Son bien puntuales a la hora de cobrar los recibos de esto y de aquello, pero a la hora de combatir esto y aquello que denunciamos los vecinos, ni puñetero caso. Las molestias son para las comunidades donde el vecindario que tiene la mala suerte de vivir encima o al lado de un supermercado soporta lo insoportable, como si no pagaran sus impuestos municipales. Cuan rauda acudió la siempre querida policía municipal a atender la llamada de una vecina que decía estar viendo un perro suelto por el parque de Eduardo Barrón, algo que resulto incierto. Sin embargo, cuan poco se molestan cuando se denuncia que delante de la puerta de una clínica se han colocado cuatro o cinco contenedores o que hay gente esparciendo basura alrededor de los mismos. Si estuvieran soterrados no pasaría lo que pasa. Hay que invertir en modernidad, señor alcalde.

De cualquier forma, los supermercados más céntricos, deberían tener marcada una hora determinada para sacar sus basuras o, mejor todavía, trasladarlas a puntos alejados de calles muy transitadas. Decirle esto al alcalde es como el que oye llover, está acostumbrado a la queja y ni se inmuta. Y así llevamos desde su santo advenimiento al mayoritario poder municipal. Por favor, ¡escúchenos! Parece tal que usted tuviera el conocido como ‘síndrome de La Moncloa’. No se le ve un detalle y lo más grave, la mayoría ciudadana está empezando a hartarse de su fama de ahorrador, en vista de lo que tiene que soportar cada día.

En el tema de las basuras, o pone orden o esto se va a recrudecer, porque actualmente ya es un caos. Por favor, señor alcalde, está en su mano. Ya va siendo hora de actuar.