No descubrimos nada cuando repasamos los más de seis años de Francisco Guarido al frente de la capital y comprobamos que hoy Zamora es una ciudad peor, mucho peor, que la que él heredó.

Lo podríamos aplicar a prácticamente cualquier ámbito. Zamora se desangra en población (casi 3.000 habitantes menos en esos seis años), se paraliza la inversión en la ciudad con un alcalde obsesionado por engordar las cuentas de los bancos y se pierden empresas, pequeños comercios y negocios cada día.

Ni Guarido ni sus diferentes concejales de Barrios de los últimos seis años han sabido dar respuesta a las carencias de los barrios

Esta es la realidad, a grandes rasgos, de la Zamora liderada por Izquierda Unida. Un equipo de gobierno más preocupado de vivir en el pasado que de mejorar la vida de los vecinos del presente y del futuro de la ciudad.

Desde el Grupo Popular en el Ayuntamiento de Zamora llevamos ya mucho tiempo denunciando, además de otras grandes cuestiones, lo que sucede en los barrios de Zamora. Nuestra relación con las asociaciones de vecinos es fluida y permanecemos en contacto con ellos cada vez que precisan ayuda. Los visitamos y entendemos que sus problemas deben ser más tenidos en cuenta que nunca por parte del Consistorio de la capital.

La mayor parte de ellos acumulan los mismos problemas. Ni Guarido ni sus diferentes concejales de Barrios de los últimos seis años han sabido dar respuesta a las carencias de los barrios. No importa que el barrio esté más próximo o más cercano al centro de la ciudad, todos sufren con el pasotismo de un equipo de gobierno que presume de participación y de transparencia, pero que, en la realidad, no poseen ni la una ni la otra.

Le invitamos a cualquiera de los que nos lee a que haga la prueba. Que visite San Lázaro, o Peña Trevinca, o Los Bloques, o San Isidro, o la Lana, o Carrascal, o Candelaria… No importa norte, sur, este u oeste, los barrios de la ciudad viven en un abandono constante. Se ve en la falta de limpieza o en los contenedores que casi recuerdan más a una zona en conflicto que a una ciudad como la de Zamora: viejos, rotos, destartalados… Una imagen patética para una ciudad que pretende atraer al visitante por su tranquilidad o por su gastronomía, por su arte o por su río Duero.

La maleza se abre paso en los solares de Alviar, de La Horta, del Casco Antiguo… Aumentando en los meses de verano el riesgo de incendios en una actuación que el Ayuntamiento podría acometer de manera subsidiaria y ante la que únicamente se dedica a ver pasar el tiempo sin hacer nada.

Si hablamos de las baldosas de las aceras… Gran parte de ellas están en un estado calamitoso, provocando caídas y otros accidentes. Igual que las zonas verdes y parques de juegos infantiles con un deterioro progresivo en la mayor parte de ellos. Algunos de ellos, además, sin suelos adaptados a la normativa y desprotegiendo de manera flagrante a los más niños de la ciudad.

El concejal de Barrios, Pablo Novo, ha empeorado la labor de sus predecesores. Y no era una tarea sencilla porque entre 2015 y 2019 los barrios comenzaron un olvido que el actual edil del área ha aumentado. Lo que debería hacer Novo es dedicarse a escuchar más a los vecinos y no a explayarse con insultos a quien le enfrenta al espejo de la realidad de la ciudad. Su altivez, su prepotencia y su pretendida superioridad moral hacen aguas en cuanto uno comprueba cómo se encuentran los barrios de la ciudad. Zamora no se merece un concejal que desprecia a los vecinos de manera continuada. No los escucha y no tiene intención de hacerlo. En la línea de su líder, sólo busca culpables y nunca soluciones. Esta es la Zamora a la que nos abocan los comunistas de Izquierda Unida, una ciudad sin pulso, dormida, paralizada… Una ciudad en la que parece que lo único que importa son los murales que ha ido pintando por la capital. Nosotros le recordamos que tiene otros murales de los que debe encargarse de manera inmediata: los de los grafitis en cada pared, los de los parques secos, los de las aceras levantadas y sin baldosas, los de los contenedores reventados, los de la maleza desbocada… Tiene tarea. Y mucha. Tiene tanta tarea que mejor haría en trabajar por los vecinos de Zamora que en dedicarse a insultar en los medios de comunicación a los grupos políticos de la oposición que lo único que pretendemos es mejorar la vida de los zamoranos, no como él.

Esta es la realidad de Zamora, no la que pretende el equipo de Gobierno vender desde su atalaya de despacho y moqueta. Invitamos al alcalde a que pise la ciudad, que vuelva a los barrios, que olvide su prepotencia y su soberbia, que conozca la realidad que le cuentan los vecinos que la padecen cada día y no la que le cuentan sus palmeros en las redes sociales. Que escuche a la calle y que se ponga manos a la obra de una vez. Zamora no se merece este olvido por parte de Guarido. Nosotros, desde el Partido Popular, se lo seguiremos recordando cada día.

(*) Senadora y portavoz del PP en el Ayuntamiento de Zamora