Como tiene que ser. Los nuestros y lo nuestro, lo primero, lo prioritario.

A los que luchan, a los que con valentía alzan la voz, a los que protestan con toda la razón que les asiste, a los carentes de ese miedo que atenaza y ralentiza las decisiones de los zamoranos, hay que apoyarles a muerte. La frase es un poco drástica pero contiene la fuerza que quiero darle. Olé, bravo, chapó, ante la valentía demostrada por cuantos han denunciado la situación de Ricobayo y han señalado al directamente culpable: Iberdrola. El día en el que la compañía abandonó Zamora, nos condenaron al ostracismo.

Cómo no voy a apoyar a todos los sayagueses que se pusieron el sol por montera y salieron a protestar para exigir facultativos en los pueblos de la comarca. Hay que salvar la Sanidad rural. Los ciudadanos así lo entienden. Quienes parecen no entender nada son los políticos, los responsables de tantos errores como dejan huella en la provincia. Una huella indeseada. La Zamora rural necesita, al grito de ¡ya!, la apertura continuada de los centros de salud. Cómo no voy a aplaudir al colectivo de buenos sayagueses que quiere impedir el atentado contra el paisaje y el paisanaje que supondría la colocación de esos mastodontes que nos quieren vender como necesarios.

Cómo no voy a sumarme al cabreo de cuantos se muestran contrarios a las macrogranjas que ni puñetera falta que nos hacen. Ojalá, alguna vez, en una de las escasas manifestaciones que se producen en Zamora pueda ver en primera línea a políticos zamoranos de todos los colores. Y no que permanecen, como la vieja del visillo, tras las ventanas de sus despachos observando el panorama. Su cercanía a los ciudadanos, en esos momentos, es de vital importancia. Quizá sea mucho pedirles a los que luego, sin pudor alguno, no dudan en tomar la calle para pedir el voto ciudadano, el mismo voto de esos a los que dan la espalda.

¡Está ya una harta, hombre, de tanta hipocresía, tanta falta de tacto político y tanta gilipollez! Los zamoranos no queremos palabras. Los zamoranos queremos hechos, queremos la atención preferente de aquellos que supuestamente nos representan, gente que nos debe, a través del voto, tantas veces erróneo, el puesto que ocupan. Ni ellos, ni nosotros, los votantes, caemos en la cuenta de lo importantes que somos los últimos para consolidar sus carreras políticas. Porque si no obtienen los votos necesarios, no se ‘colocan’ para una larga temporada, gracias al INEM ciudadano que tanto bien y tanto mal ha hecho. Los valientes, pueden contar con servidora para lo que gusten mandar.