Leo en La Opinión-El Correo de Zamora que, a consecuencia de la pandemia del coronavirus, hay un mayor interés por adquirir viviendas en nuestros pueblos y o hacer nuevas construcciones unifamiliares. ¡Ojalá se haga realidad! Conozco el mundo rural desde mi nacimiento y soy consciente que va a costar el regreso a vivir en al mundo rural, al pueblo; parece ser que la pandemia del coronavirus, ha generado una tendencia de regreso, de vuelta a vivir a los pueblos, esperemos que esa tendencia se acreciente y en un futuro próximo veamos las calles de nuestros pueblos con vida, como en nuestra infancia, y esa tendencia de vuelta, de regreso al pueblo no sea meramente transitoria, sino duradera.

Para que se produzca el regreso a vivir al mundo rural, a nuestros pueblos, los gobiernos central, autonómico, provincial y local, tienen que dar el máximo de facilidades para que el regreso y la permanencia sean una realidad permanente, así deben de fijar buenas comunicaciones viarias, asistencia sanitaria, instalaciones de red de fibra óptica, ventajas fiscales, evitar la burocracia innecesaria, etc, a fin de que los futuros residentes puedan trabajar y solamente acudir puntualmente al centro de la empresa en la ciudad, para reuniones o cuestiones ineludibles y claro está, teniendo un AVE Zamora - Madrid, que esté a primerísima hora de la mañana en Madrid y no a más de media mañana, esto es, pasadas las 11 de la mañana y regrese a última hora de la tarde.

Por lo que se refiere al sector agrícola y ganadero, los políticos a consecuencia de la situación que estamos viviendo, espero se hayan percatado de que la base de nuestra alimentación está en la agricultura y en la ganadería, ¡tan abandonada!, y se habrán dado cuenta que los alimentos, la leche, la carne, las hortalizas, etc…En definitiva, todos los alimentos que se venden en las estanterías de tiendas y supermercados, que llegan a nuestras mesas, no se producen por generación espontánea y se transportan a las tiendas sin más, ello requiere grandes esfuerzo, sudor y lágrimas de los hombres y mujeres del campo, que sin horarios, sin días festivos, sin vacaciones, esto es, llenos de privaciones, se dedican a producir y cuidar los animales, pues, los animales, comen todos los días, varias veces, no tienen programada su parición y el ordeño es diario y, a distintas horas, incluidos los domingos, y festivos del lugar y de guardar, que el agricultor o ganadero no pueden disfrutar.

Hay que establecer precios justos para los productos agrícolas y ganaderos, y no mantenerlos a niveles de hace décadas, pues, en el campo, en la mayoría de los casos, se está produciendo a pérdidas, y donde la hora de trabajo del agricultor y ganadero le sale a 0 Euros, y fácil es comprender, que así no hay posibilidad de que la juventud se quede en el campo y continúe con la explotación de sus mayores.

No quisiera terminar estas líneas, sin hacer una llamada a los jóvenes emprendedores y a los empresarios ya consolidados, con sensibilidad social, con vinculaciones familiares en el mundo rural, tal vez por haber nacido en el pueblo o ser el lugar de nacimiento de sus antepasados y tener vinculaciones familiares, para que se asienten en nuestros pueblos. Tengamos esperanza, la vuelta al pueblo para quedarse y permanecer, es posible, es cuestión de todos. La calidad de vida es fundamental.

¡Ánimo!

Pedro Bécares de Lera