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¿Nevó en Madrid?

La capital de España ha monopolizado estos días casi todo el protagonismo informativo

¿Nevó en Madrid?EFE

Llevo una semana intentando saber si ha nevado o no en Madrid. Nada. Ni una triste noticia en prensa, radio, televisión, redes sociales y demás. Como si allí, por la parte de Cibeles, M-30, etc, reinara un manto de silencio o el personal se hubiese confabulado para no decir ni esta boca es mía. Así que sigo atrapado por un remolque de dudas: ¿nevó en Madrid?, ¿heló después?, ¿continúa la cosa mal?, ¿se han caído árboles?, ¿se puede caminar por las aceras?, ¿han dicho algo Almeida, Ayuso, Aguado?, ¿se han felicitado por sus previsiones y excelentes respuestas a la crisis?, ¿tenemos imágenes de lo sucedido? Y así hasta el infinito.

No se crean, no, que mi preocupación ante el vacío informativo es rara. Le sucede a millones de personas. Todos tenemos en Madrid familiares, amigos, conocidos. Y, claro, tememos por ellos. Esto de no saber nada de sus vicisitudes nos tiene con el alma en vilo. Y es extraño, muy extraño, que no se haya filtrado ni siquiera un rumor, un eco con sordina, un video casero, una grabación con móvil de lo acontecido en la capital de España tras el paso de “Filomena” (¿de qué cabezas salen tales nombres?, ¿quién bautiza borrascas y ciclones?) Algo misterioso está pasando y nadie nos lo cuenta a los que vivimos de los túneles de Navacerrada para acá. No sé si sucederá en otras zonas, pero lo que es aquí estamos a la luna de Valencia desde que el cielo descargó nieve en cantidades industriales. Habrá que investigar.

Bromas negras aparte, llevamos una semana en la que parece que solo ha pasado “Filomena” por la capital de España. Los demás, salvo algunas excepciones, como si fuéramos invisibles para los medios de comunicación nacionales. Bastante tenían con Madrid, Madrid y más Madrid. Hombre, uno entiende perfectamente la importancia de Madrid a todos los niveles, pero tanto, tanto, tanto. A estas alturas del drama, los castellano-leoneses, por ejemplo, sabemos de memoria lo ocurrido en la Puerta del Sol y demás espacios de la Villa y Corte, pero seguro que muchísimos madrileños desconocen las odiseas que han pasado, y están pasando, los ganaderos de esta tierra para dar de comer y beber a sus animales atrapados y aislados por una alta y gruesa capa de nieve helada. No estorbaría llevar hasta los hogares de Vallecas, Usera, Cuatro Caminos, etc imágenes de ganaderos rompiendo el hielo o limpiando con tractores caminos y senderos para que sus ganados no se mueran de hambre o de sed. Hemos visto en todas las teles a Pablo Casado manejando una pala (¡vaya arte, como se nota que está acostumbrado!) y a Aguado, éste con calzado de reuniones importantes, pero no nos han enseñado a gentes anónimas llevando pienso y agua a sus rebaños un día tras otro. Y sin ningún político al lado.

Repito que comprendo el peso de Madrid y la repercusión de todo lo que allí sucede, pero los demás también somos de Dios, también existimos, también tenemos nuestros problemas, aspiraciones, penas y alegrías. Y muchas veces, demasiadas veces, nos embarga la amarga sensación de que no existimos o existimos solo un poquito. Si Zamora, Salamanca, Soria hubiesen quedado tan bloqueadas como Madrid, ¿habrían acaparado tantas horas de información, tantos detalles, tantas declaraciones? La respuesta la sabemos todos sin necesidad de acabar la ESO.

Uno de estos días intenté salir al campo. No pude. Había atasco de ecologistas. Fueron tantos los que vinieron desde las ciudades a cuidar la caza y el medio ambiente que ya no quedaba sitio ni en los bosques ni en las montañas ni siquiera en las llanadas. ¡Qué barbaridad, cómo se preocupa esta gente de los lobos, de las liebres, de los jabalíes, de los ciervos, de los zorros y hasta de los becerros y erales bravos!, me dije mientras asistía, extasiado, al increíble espectáculo de ver a cientos de conservacionistas y defensores de la fauna echar comida, romper el carámbano de los bebederos y fuentes, llevar agua, quitar nieve, abrir sendas. Eso sí que es amar la naturaleza. En cuanto ha habido problemas serios ahí están ellos, como un solo hombre, a echar una mano. Ha sido una de las grandes enseñanzas de ”Filomena”. Cualquier día de estos veremos los videos en Internet. Para que sepan los ganaderos y los cazadores de qué va la copla y con quién se juegan los cuartos.

En fin, que si ustedes saben si ha nevado y helado en Madrid estos días, llámenme, por favor. No puedo seguir con esta angustia vital. Estoy rodeado en el pueblo de nieve, hielo y niebla, pero lo mío, lo de aquí, es peccata minuta. Ya saben: Madrid es España. ¿Lo demás? Y yo qué sé. No he cursado ningún máster.

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