Ya conocen el célebre dicho popular: “Año de nieves, año de bienes”. Conforme a tan famoso veredicto, se supone que 2021, el año que acabamos de estrenar, va a ser la leche; vamos, que con toda la nieve que ha caído, más en unos lugares que en otros, es de esperar que no sepamos qué hacer ni cómo disfrutar con todos los bienes que están ahí, esperándonos a la puerta de casa, como una caja de sorpresas o un paquete de golosinas en la puerta de un colegio de infantil o de primaria. ¿Se confirmará lo que todos queremos y deseamos o, más bien, la celebérrima sentencia habrá que ponerla también en cuarentena, cuestionándola, o incluso tendremos que lanzarla a la papelera de reciclaje de los dichos populares que ya no se ajustan a la nueva realidad social que estamos viviendo? La respuesta, sin embargo, dependerá de lo que cada una de las personas, es decir, usted y yo entendamos por eso que llamamos bienes. ¿Qué es un bien para usted? Como en tantas ocasiones, me permito interrogarle desde esta modesta ventana de opinión.

Mientras lo piensa, comparto un pequeño experimento que he realizado durante los últimos días sobre esta misma cuestión. Se trataba de descifrar el sentido o el significado que un grupo de personas, más o menos cercanas a mí, tenían del concepto de “bien”. Para ello, opté por lo más socorrido: enviar un wasap a unas 100 personas que están entre mis contactos, con una cuestión aparentemente sencilla. Decía así: “Disculpa que te asalte de estos modos. Imagino que conoces ese dicho popular que dice que los años de nieves son también años de bienes. Dado que este invierno está nevando tanto, es esperable entonces que disfrutemos de muchos bienes. No obstante, me gustaría conocer tu opinión sobre qué es para ti un bien; es decir, si te dieran a elegir, qué tipo de bienes escogerías para ser disfrutados durante 2021. Con un par de ejemplos me conformaría. Espero tus respuestas como agua de mayo, aunque estemos, como sabes, en el mes de enero. Para cualquier duda, crítica o sugerencia, aquí estoy. Gracias y fuertes abrazos”.

De los 100 mensajes que envié, la inmensa mayoría respondió a mi requerimiento. ¿Imaginan las respuestas? Si aparcamos los comentarios jocosos que recibí, el 80 por ciento de las personas consultadas ha elegido dos preciados tesoros: salud y trabajo. Otro porcentaje algo más reducido ha mencionado deseos o bienes relacionados con la paz, la tranquilidad, el sosiego o incluso el amor entre las personas. Y también ha habido respuestas, aunque muchas menos, sobre la necesidad de viajar y de moverse libremente por esos mundos de dios. En fin, aunque las respuestas no me sorprendieron, se confirma que, al menos desde los deseos más recónditos, la célebre tríada de la salud, el dinero y el amor sigue estando muy presente en nuestras vidas. Por tanto, si se cumple la conocida sentencia del inicio, es esperable que 2021 llegue cargado de tan preciados regalos. La pena es que yo no lo veo con tanto optimismo. Lamentablemente la nieve se derretirá y la mayoría de los mortales seguiremos esperando que se cumplan nuestros deseos.