Al parecer, el Congreso de los Diputados abrirá sus puertas la próxima Nochebuena para repartir alimentos a personas sin hogar y en riesgo de exclusión. Dicho así, qué bien suena. Cuan solidarios los padres de la patria que están dispuestos a regalar su valioso tiempo de asueto en dar de comer al hambriento. Aunque el asunto cuenta con las bendiciones de Meritxell Batet, presidenta de la Cámara Baja, la idea no ha partido de sus señorías. Los diputados y diputadas están a otras cosas de inferior nivel aunque pueda parecer lo contrario. La iniciativa ha partido de la ONG Mensajeros de la Paz, sí, hombre, la que preside el famoso padre Ángel quien todos los años se procura luz y taquígrafos apelando a la colaboración directa de una entidad pública.

La señora Batet se ha puesto manos a la obra y va a pedir voluntarios, en femenino y masculino, entre sus señorías. Veremos a ver cuántos están por la labor. Los de casa, es decir, los de Madrid, lo mismo se van a su segunda residencia y no aparecen. Y los de fuera, tampoco tienen excusa, pero se irán a su casa, como es de recibo. Me gustaría ver a sus señorías con delantal, para no ensuciarse el terno navideño, o bata de vendedor de ultramarinos, repartiendo cenas y más cenas. Porque este año de desgracias infinitas, los parias de Madrid no van a compartir mesa, de ahí la entrega de alimentos para que unos se los lleven a sus humildes moradas, otros bajo el puente y los de más allá, en el albergue de turno o en el cajero automático que les pille más cerca.

Ningún diputado, en masculino y femenino, se va a llevar a un indigente a su casa. Bastante esfuerzo harán los que se presten voluntarios, entregando los ‘tuperware’, cabe esperar que con un contenido generoso. A ello añadirán, ocurrencia de la señora Batet, un regalo institucional. Esperemos que no se trate de un ejemplar de la Constitución. Ni son los destinatarios ni será el momento. Hay que saciar el hambre de los que tienen hambre.

La idea podría trasladarse a Zamora. Y en lugar de dejar sola a Cáritas, repartiendo entre la legión de ‘legionarios’ que acuden a sus instalaciones en busca de pan para la cena de Nochebuena, sería bueno ver al alcalde, al subdelegado del Gobierno, al presidente de la Diputación, a los diputados y senadores de Zamora, a izquierda y derecha y a los procuradores, directores generales y consejeras incluidas, remangándose y haciendo lo que hacen tantos voluntarios todos los años por Nochebuena. Espero que no sea mucho pedir.