“La temporalidad del empleo en la provincia de Zamora lastra la salida de la crisis”, para que luego venga el presidente Mañueco diciendo aquello de que confía en que nuestra comunidad “encabece la recuperación económica junto a otras comunidades”. El informe “Situación de Castilla y León en 2020”, elaborado por el BBVA, desmiente la confianza aludida pintando de negro el horizonte de esta provincia que, desde luego, no comparte suerte con Valladolid, Burgos o León, siempre beneficiadas por el Gobierno autónomo. Quizá porque las tres son más reivindicativas que el resto.

No hace falta que nos vengan a decir lo que los zamoranos percibimos a simple vista, que Zamora viaja por la crisis en el furgón de cola, que la destrucción de trabajo nos está dejando noqueados y que nuestra inestabilidad es más flagrante que en cualquier otra de las provincias que conforman el mapa autonómico. Me gustará saber el porqué de la eterna precariedad de Zamora. Una no sabe ya si levantar el índice acusador y señalar directamente a la casta política, a la empresarial o a nosotros mismos, los ciudadanos zamoranos que somos de un pasivo que asusta.

O llegan a la par la vacuna y los militares que se nos han prometido hasta la saciedad desde casi todas las administraciones o Zamora va cual nave al garete. Cerrada por jubilación, por efecto de la crisis, de la pandemia o vaya usted a saber, el caso es que Zamora se alquila o ya se vende directamente. Lo tremendo es que no hay postor alguno. Depende de nosotros, los zamoranos, de lo que seamos capaces de arriesgarnos, de proteger lo poco que nos queda y de ponerles las peras al cuarto a la clase dirigente que siempre se embarca justo en todo aquello que los ciudadanos no necesitan. O les sobra el dinero y no saben cómo gastarlo o simplemente van a la contra hasta unas nuevas elecciones.

Son numerosas las empresas que a lo largo de estos años han buscado cobijo en distintas provincias, también de nuestra Comunidad, menos en Zamora. No entiendo ese rechazo. A lo mejor es que los negociadores locales y provinciales no están a la altura. Que no me vengan con el consabido quedamos a ‘trasmano’, porque no es verdad. si se facilitan las cosas a los inversores, a los emprendedores, a los que ven posibilidades en Zamora, lo mismo hasta repuntábamos, pero no es así. La burocracia y las dificultades son las que en verdad lastran la recuperación de Zamora y no quiero empezar a señalar los puntos donde se concentran los culpables del lastre.