El asunto de los okupas en España trasciende nuestras fronteras. Como no se actúe pronto este limbo jurídico del que se benefician los okupas tendrá efecto llamada. Casa gratis, amueblada y con los gastos pagados. ¿Hay algún país que dé más? Ninguno. En la UE no se andan con tantos miramientos. Hasta en eso España, gracias a nuestros distintos gobiernos, lleva un retraso vergonzoso. Ni un solo Gobierno se ha atrevido a coger a ese toro por los cuernos. Con una particularidad, esta gente que se torna gentuza por su comportamiento, está dejando de ocupar las casas normalitas y corrientes, obsesionados como están con los buenos chalets y las mansiones de lujo. Toda seguridad es poca para impedir la invasión.

Si la invasión consistiera en eso y hubiera respeto, pero es que destrozan las viviendas que ocupan y las convierten en estercoleros que delatan la desidia de sus okupantes. En lo que antes era un salón o un cuarto de estar se pueden encontrar muebles destrozados, electrodomésticos inservibles, heces de perro, fruta podrida y mierda, mucha mierda que es como les gusta vivir a esa gente que quieren colar eso de que necesitan un techo bajo el que vivir. Para hacer lo que hacen que se vayan a los estercoleros o a los puntos limpios donde siempre pueden encontrar algún colchón en buen estado sobre el que dormitar. A eso hay que añadir el coqueteo constante con las drogas que deja el rastro inequívoco de jeringuillas, de cucharas quemadas y alguna que otra papelina vacía de polvo.

Hay que acabar con este grave problema sin dilación. Más de doce mil propietarios sufren cada año en España la okupación de sus viviendas. Y el crescendo continúa imparable. Menos mal que las asociaciones de vecinos están espabilando y haciendo lo que debería hacer a quien corresponda: ponerlos de patitas en la calle, por las buenas o por las malas. Hay que endurecer las penas y agilizar los desahucios para evitar esas más de cuarenta usurpaciones diarias que se vienen registrando en España. Esto que ahora se llama okupa y que tienen sus seguidores incluso entre los miembros morados del Gobierno, antes se llamaba allanamiento de morada y estaba penado con cárcel. Los tiempos cambian, en este caso para mal.

Para evitar el incremento de este tipo de okupación, a las Fuerzas de Seguridad no les ha quedado otra que recomendar a los propietarios instalar alarmas en sus viviendas. De esta forma, la entrada en un domicilio ajeno se interpreta como tentativa de robo, y el desalojo de los intrusos se puede realizar de forma inmediata.