Las puertas del futuro de Zamora se abren con fuerza en el Campus Viriato. Un Campus que busca la excelencia especializándose en formación en nuevas tecnologías y que avanza por ese camino con el último anuncio realizado por el rector de la Universidad de Salamanca esta semana: la implantación de grados abiertos, a la espera de la llegada de la especialidad de Aplicaciones Interactivas y Videojuegos. La tecnología es, ya, el presente, y su vinculación al mundo laboral se acrecentará cada vez más en todos los campos durante los próximos años. Junto a ello, la salud y la economía verde se convierten, en opinión de los expertos, en los sectores que más empleo van a generar para las generaciones que están ahora cursando sus estudios preuniversitarios.

La oferta del Campus Viriato no puede ser más acertada y reúne los requisitos en cuanto a prestigio por la formación que imparte y por su capacidad innovadora. Lo demuestran a diario, por ejemplo, la alta demanda de matrículas en la asociada Escuela de Enfermería (la quinta más solicitada de la USAL), y las especialidades agrupadas en la Politécnica, que son el exponente perfecto del talento que existe en las aulas zamoranas, puesto de manifiesto en proyectos de investigación, algunos de los cuales han sido reconocidos y financiados por Europa, en colaboración con otras universidades de países de nuestro entorno.

El modelo que se pretende implantar en el Campus Viriato ofrece la oportunidad para que complementen o combinen estudios a los futuros ingenieros. Una posibilidad que, de la mano del cualificado profesorado de la Politécnica, puede traducirse en perfiles con la flexibilidad y especialización que requiere ya una sociedad que avanza a un ritmo vertiginoso.

Es necesario, más que nunca, reconocer el privilegio de contar con un campus de esta categoría en Zamora. La población zamorana se echó a la calle treinta años atrás para que, sobre las piedras de un antiguo cuartel, se levantara un templo de sabiduría. Los esfuerzos de los últimos años han redundado en un crecimiento del número de matrículas de alumnos, pero aún existen vacíos incomprensibles que han llegado a poner en peligro determinadas titulaciones.

Parte de la reivindicación del campo de dignificar el sector, remite, obligatoriamente, al campo de la agroindustria. Zamora cuenta con una de las más reputadas escuelas de Ingeniería Agroalimentaria, reconocida en rankings internacionales por la calidad docencia y por la labor investigadora. Hablamos de una especialidad que en todos los estudios sobre el futuro laboral, aparece como una de las diez con mayor demanda en el mundo del empleo. Ya no se trata de potencialidades, sino de realidades que merecen toda una tarea de divulgación y de concienciación: lo bueno, lo mejor, muchas veces, lo tenemos a la vuelta de la esquina, se trata de reconocerlo. Las instituciones y los agentes sociales zamoranos deben implicarse en esta labor que comienza en las casas y en las escuelas a la hora de orientar el porvenir de las nuevas generaciones. La oferta es generosa: estudios superiores de excelencia y la posibilidad de hacerlos en la propia tierra que los vio nacer.

Igualmente, debe convertirse en referencia para estudiantes de otras provincias y, por qué no, de otros países, que puedan contribuir a enriquecer el talento del campus. Ya hemos tenido ocasión de comprobar en jornadas desarrolladas por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA de la mano de la Universidad de Salamanca, que los egresados del Campus de Zamora logran una capacitación plena para puestos de alta cualificación, y que, además, valoran las ventajas que una ciudad de tamaño pequeño ofrece a los estudiantes frente a las incomodidades y carestía de las grandes capitales.

Con un campus que camina con paso decidido para vencer los desafíos que implica esta nueva era, llega la segunda asignatura que Zamora debe aprobar para asegurarse las bases del desarrollo económico y social. Esos estudios tecnológicos deben promocionarse también hacia el ámbito de la empresa, de forma que los estudiantes tanto del Campus como los de otra exitosa rama de enseñanza como es la Formación Profesional, puedan realizar prácticas sin salir de la provincia en empresas que existan ya o que puedan llegar mediante los incentivos que deban adoptarse. Un necesario primer paso es la puesta en marcha del proyecto de parque científico que la USAL negocia con la Diputación Provincial.

Zamora se distingue por su paz social, por salarios que están por debajo de la media regional, por un mercado inmobiliario capaz de absorber demanda sin que se disparen los precios, buenas comunicaciones a través de carretera y tren, y por una enseñanza de calidad desde las primeras etapas hasta llegar a la FP o la Universidad. Falta cuminar algunas de las comunicaciones terrestres, y, sobre todo, ampliar el horizonte de la cobertura de Internet para presentarnos también como espacio digital para dejar de ser el "patito feo" para los inversores. Debemos reunir y mostrar todos los factores que puedan hacer a Zamora atractiva a empresas que, siguiendo los patrones trazados por el campus, entran de lleno en el campo de la I+D+i, con especialización en la agroalimentación y en la industria 4.0. Esos deben ser los objetivos finales para retener talento. Y con ellos, asentar población y salir del agujero de la España vaciada.