Ahora que estamos viviendo de nuevo la tensión y violencia en Cataluña como consecuencia de la sentencia a los líderes catalanes procesados por los sucesos acaecidos en dicha comunidad en 2017, resulta esclarecedor leer el libro de Jon Juaristi titulado "El Bucle Melancólico: Historias de Nacionalistas Vascos"

Este escritor vasco, que en su día también simpatizó en su juventud con los movimientos abertzales en Euskadi, analiza los principios básicos del nacionalismo en esta parte de España, que tienen un paralelismo con Cataluña con raíces más antiguas y profundas. El libro es muy detallado y meticuloso en el análisis de la situación vasca, pero en su introducción describe con claridad los principios básicos que rodean y perfilan los nacionalismos españoles:

- Todos se apoyan en relatos que transmiten una lejana y dolorosa melancolía, una mezcla de narraciones sacrificales de amor y de inmolación, de heroísmo y de culpa, de tradiciones y derrotas desde la que el nuevo héroe debe partir en busca de la patria arrebatada, de la lengua prohibida, del grial que devolviese feracidad a la tierra de los ancestros y salud a la raza aniquilada.

- Es necesario perder para ganar, mantener vivo el agravio para que el sacrificio de las sucesivas generaciones resulte políticamente rentable.

- El núcleo del discurso nacionalista es inmune a la critica porque trata de una historia, no de una argumentación: una historia que prolifera, que vive de variantes, que se multiplica en historias generacionales y, sobre todo, individuales: en biografías, es decir, en historias nacionalistas. Cada una de ellas debe reproducir fielmente el arquetipo de rebelión, sacrificio y derrota del pueblo porque la historia que cuenta el discurso nacionalista es una interminable sucesión de derrotas.

- Este victimismo infinito impide que las heridas cicatricen. Siempre están sangrando.

Supongo que este discurso nos suena a todos los que no estamos inmersos en esa dinámica. Pero no debemos menospreciar estos argumentos ya que el romanticismo que genera lo perdido, la tierra sagrada, la historia modificada tiene un enorme atractivo especialmente en la juventud que encuentra sentido a este mundo actual tan dislocado y perdido. Con estos sentimientos, hace años, se crearon nuevas naciones. Ahora la situación internacional, donde imperan los bloques políticos, lo hacen más difícil. Por eso el nacionalismo independentista en Cataluña tiene una componente internacional importante a través de las embajadas que están abriendo es muchos países. Por otra parte, el victimismo se vende muy bien en los medios de comunicación y eso también lo saben los independentistas. La clave sigue estando en los porcentajes de apoyo real de toda la sociedad catalana; no vale el 50 % más uno. Hasta que no consigan porcentajes constatados que se acerquen al 60 % todo será imposible.

(*) Miembro del Foro Ciudadano de Zamora.