Forma parte de lo cotidiano observar como determinados medios de comunicación utilizan el adjetivo "joven" cuando desean exaltar o destacar algo positivo en alguien, algo a lo que se le quiere dar más mérito por el hecho de que el protagonista sea una persona joven. Pero choca que se use también, como algo justificativo o eximente, cuando es usado como sustantivo, en los casos en los que determinados jóvenes han sido actores de acciones o hechos negativos, incluidos los delitos, para restarle gravedad o importancia a la fechoría que han cometido.

Y es que llega molestar ser informado de una noticia, en la que un determinado individuo ha violado y asesinado a una joven, describiéndolo como que "fue violada por un joven", como si el hecho de ser joven le restara importancia a tan deleznable hecho. Y peor aún es que, días más tarde, se continúe diciendo que "el joven ha salido en libertad condicional", cuando debería decirse el violador, o el delincuente, o el despreciable individuo. Porque el hecho de tener mas o menos años no le resta, ni le suma, más trascendencia a tan execrable delito, ni tampoco menos desprecio por parte de la sociedad.

Claro que en este mundo en que vivimos puede pasar cualquier cosa, y nadie parece inmutarse por ello. El otro día, sin ir mas lejos, se publicaba una noticia que decía que se había reducido a la mitad ( De 19 a 9 años) la pena impuesta a una mujer que había agredido con arma blanca a tres hombres, al haber alegado que cuando cometió tal delito se encontraba bajo la influencia del alcohol y de las drogas, lo que podría sugerir que ese tipo de individuos, no tienen más que meterse un par de rayas y unos cubatas, antes de asesinar a alguien, para garantizarse una pena de menor cuantía. De hecho, el diario "El País" informaba que los narcotraficantes se vienen declarando drogodependientes cuando son detenidos y procesados, para tratar de huir de su justo castigo. Y es que las leyes son sí de raras, porque, al menos desde fuera, lo de drogarse o emborracharse siempre parece que es algo malo, lejos de lo positivo, y consecuentemente la sociedad no puede aceptarlo como atenuante de nada. Mas que nada, porque no se conoce ningún caso en el que haya sido considerando atenuante el hecho de ser voluntario de alguna ONG, como no podía ser de otra manera.

¡Ver para creer! Cualquier día de estos, llegaremos a ver cómo se nos dice que el "ancianito" general Pinochet fue juzgado y condenado a no sé cuántos años de prisión, mostrándonos aquella patética foto, en silla de ruedas, que, por cierto, abandonó el dictador en cuanto fue extraditado de Inglaterra. O que la bella intelectual, fulanita de tal, que ha envenenado a su marido, no parece tal, dada su singular prestancia y distinción. Y es que en lo de tratar con papel de fumar a quienes infringen las leyes debemos ser número uno en el mundo. No hay más que escuchar cómo se expresan los vecinos de ladrones y criminales, cuando son entrevistados, diciendo que el descuartizador era muy educado y que se portaba muy bien con los del pueblo o con los del barrio, según el caso.

No estaría de más que nos refiriéramos a cada individuo en los términos en los que esa persona se merezca, no vaya a ser que cuando queramos darnos cuenta y hagamos alusión a genocidas como Hitler o Stalin, no lleguemos a calificarlos de genocidas, sino de eficientes directores de masas o de eminentes oradores.

Es lo que tiene ser tan garantista con los delincuentes y poco respetuosos con quienes son objeto de ataques, robos o asesinatos, de los que se ofrecen todo tipo de datos, con nombres, apellidos y demás currículos, incluidas entrevistas con sus profesores de EGB, fumándose un puro con su derecho a la intimidad; mientras que lo que se refiere a delincuentes, apenas es citado, y si lo es, solo de pasada, con unas iniciales en el mejor de los casos, y con el adjetivo de "presunto", no vaya a ser que, aunque el acusado haya sido sorprendido in fraganti por los espectadores de un estadio de fútbol o visto por el mismísimo Orfeón Donostiarra, se sienta ofendido.

Mal ejemplo es el que están dando los partidos políticos, a ese respecto, pues cuando alguno de sus dirigentes es acusado de algo, se apresuran a decir que eso es mentira, que su imputado es inocente, y que ponen la mano en el fuego por él, mientras no sea sorprendido con el antifaz de caco bien calado en la cabeza. Incluso llegan a poner en solfa a quienes, en uso de su autoridad y obligación, los llegan a juzgar, como si los jueces se dedicaran a acusar a cualquiera que pase por allí, por el mero hecho que no les caiga bien, o de ganar popularidad en determinadas televisiones. Yes que, mucho repetir esa cantinela de que "estamos en un estado de derecho" pero al final terminan poniendo en duda al poder judicial, cuando la sentencia no les es favorable.

Me estoy dando cuenta que he empezado por quejarme del uso del término "jóvenes", y he acabado hablando de dictadores y políticos, pero es lo que tiene el verano, que el sol llega a calentarte la cabeza, hasta tal punto que llegas a preocuparte porque determinada palabra sea usada como sustantivo o como adjetivo de manera indebida.