Hoy como nunca y por primera vez, en el centro de España levantan su voz las distintas Españas vacías, bajo el provocador nombre de "vaciadas". Es esa España callada que viene a coincidir en buena medida con la España interior, la España rural, la "atrasada", la que está fuera de los circuitos de la modernidad. La España envejecida, la que sigue perdiendo su sangre más joven. La España en blanco y negro. La profunda, no en el mejor sentido de la palabra. La que miran por encima del hombro con frecuencia los que viven en esas otras Españas pobladas, cosmopolitas, costeras o capitalinas que se ven a sí mismas como coloristas, cuando, en no pocas ocasiones, los que lo hacen no son sino emigrados que de aquellas provincias venidas a menos vinieron a estas ciudades venidas a más.

No es Zamora la protagonista de la jornada. Como en otras tantas cosas llegamos en el furgón de cola, estamos allí pero con menor representación que otras provincias con más larga trayectoria reivindicativa como Teruel y Soria. Pero lo importante es iniciar el camino, salir del armario, tomar conciencia y levantar la voz para decir a otros y, sobre todo, para decirnos a nosotros mismos que queremos ser artífices de nuestro propio destino.

Aplaudo la decisión de las entidades organizadoras de reclamar que nadie lleve otros símbolos o emblemas que las banderas de cada provincia. Vivimos tiempos tan cargados de política que corremos el riesgo de asfixiar (o mantener asfixiada) la voz de la sociedad civil. No debe haber colores sino decisión unívoca de luchar por nosotros y nuestros pueblos y ciudades. Nada va a venir regalado pero, en un momento histórico como el presente, en que el mundo "global" afronta un trascendental cambio de paradigma, equivalente como mínimo al que llegó con la revolución industrial, saber encontrar los nuevos caminos de la prosperidad es factible y, desde luego, necesario.

En este camino, más que nunca Zamora ciudad y cada uno de los municipios de la provincia deben trabajar en alianza, como debemos buscar -algunos ya estamos trabajando en ello- la colaboración e implicación de los zamoranos que viven fuera de nuestra provincia. Dicen los organizadores, y tienen razón, que es necesario un pacto nacional por el reequilibrio, por la consecución de medidas que contrarresten el riesgo de desertización humana de tantas y tantas zonas.

En ese pacto debemos estar con los habitantes de todas las demás zonas afectadas pero, con independencia de ello, debemos ocuparnos directamente de lo que a los zamoranos nos afecta directamente. Ser competitivos, ser valientes, ser exigentes, ser creativos, ser innovadores, ser atrevidos y vanguardistas como lo hemos sido en otras épocas son el camino y la propuesta que pueden cambiar la línea de la historia. El mundo es distinto a como era hace escasamente un par de décadas. Apostemos también nosotros por soluciones distintas para ciudad y provincia. Formuló Albert Einstein que "no podemos resolver los problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos".

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