¿Qué buscaban los tres jabalíes que el pasado lunes se dieron un garbeo por el casco urbano de Zamora? Hay opiniones para todos los gustos. Unos dicen que los animalitos se cansaron de estar en el campo, allí no abundan los escaparates ni los bares, y se acercaron a la ciudad para vivir nuevas experiencias y comprobar si, como dicen los humanos, en las urbes, por pequeñas que sean, atan los perros con longaniza. Otros creen que fue pura casualidad, que los bichos se liaron a andar y venga a andar, venga a andar y cuando se dieron cuenta, ya estaban en la carretera de Villalpando. Y total de ahí a Carrefour hay solo un paso y ya que estamos, pues hacemos la compra y nos lo agradece la familia. Un tercer grupo de expertos considera que la excursión de los guarros se debió a que precisan con urgencia ampliar su radio de acción, ya no caben todos en las sierras, pinares y terrenos de la provincia, y necesitan encontrar nuevos hábitats. De modo, que los tres de marras serían los exploradores, los encargados de tantear el terreno y de informar a sus superiores y al resto de la tribu:

-Que sí, que podemos ir a Zamora capital, que ya son menos que nosotros y creo yo que si se ponen a malas, podremos con ellos.

-¿Y dónde viviremos?, preguntó el jabalí-jefe.

- Hemos visto algunos jardines y matorrales; y también algún bosque Además, hay muchos locales y pisos con el cartel de "Se vende" así que allí no vive nadie. Y si nos fallan estas opciones, siempre podremos meternos en el antiguo Banco de España que está en obras desde el Desembarco de Alhucemas. Entramos treinta o cuarenta de los nuestros y ni se dan cuenta. Lo mismo hasta nos lo agradecen.

-De acuerdo. Buen trabajo. Ya os lo premiaré con un par de noches en un sembrado.

Más o menos esto era lo previsto, el guión, pero los pobres jabatos se despistaron y ya saben lo que pasó. Uno se precipitó desde un puente y quedó malherido. Los del PACMA y Ecologistas en Acción ya han anunciado querellas contra el puente, contra el asfalto en el que se estrelló el animalito, contra el Ayuntamiento por no tener a mano colchones para evitar daños, contra la Junta por no poner carteles (traducidos al idioma jabalí) advirtiendo del peligro, contra los peatones que vieron el suceso y no corrieron a coger en brazos al interfecto, contra el 112 por no contar con una ambulancia ni personal especializados en fauna salvaje, contra todos los que dijeron o pensaron "menos mal que se ha herido él solito y no le ha dado a ningún niño", contra?Los procesos judiciales se esperan largos, procelosos y con más testigos que el procés y que el famoso cuento del robo de la gallina de Wenceslao Fernández Flores, que nos hacía leer don Enrique Roldán, buen profesor de Lengua Española en 1º de Bachiller en el "Claudio Moyano". (Por cierto, ahora que se celebra el centenario del Instituto no estorbaría organizar un pequeño homenaje a Claudio Moyano, enterrado en una tumba olvidada y desaseada en el cementerio viejo de Fuentelapeña).

Otro de los jabalíes fue abatido por la policía. Tampoco podrá informar a sus barandas de lo que vio en Zamora y de las posibilidades que ofrece la ciudad para recalar en ella. También aquí se esperan denuncias de los supuestos defensores de la naturaleza: contra los agentes, contra las gentes que no escondieron al huido en sus casas, contra los que indicaron por donde andaba? ¿Y que se fizo del tercero en discordia? No he vuelto a leer ni a oír nada sobre él. Quizás sea culpa mía porque me enternecen tanto estas noticias que se me llenan los ojos de lágrimas y tengo que cerrar el periódico.

Cachondeos y elucubraciones aparte, el caso de los tres jabalíes del lunes revela, por si alguien no se ha enterado aún, lo que vienen denunciando las gentes del medio rural desde hace años, que los bichos se están haciendo con el monte, con los campos sin arar ni sembrar, con los huertos, con las viñas, con los pueblos y que ya son tan abundantes que lo acaban invadiendo todo, hasta las calles de las ciudades. Y, ojo, porque no hemos entrado todavía en el aspecto sanitario. Hace un par de días me confesaba un hombre de Mayalde que allí están muy preocupados porque temen que la sarna de venados y ciervos llegue a sus ganados. Le dije que estuviera tranquilo, que los del PACMA y demás están ya contratando a su costa veterinarios para acabar con la epidemia. De los posibles efectos en ovejas, vacas, cabras, que se ocupen los dueños, ellos solo atienden a la fauna salvaje.

¿Cómo les explicamos, y que lo entiendan, todo esto a quienes creen que la manifestación de hoy, la revuelta de la España vaciada, es una exageración de los paletos de los pueblos, que son unos llorones? La verdad, lo tenemos difícil. Se ha perdido tanto tiempo, se ha hecho tanto daño?