El pasado domingo día once de noviembre tuvo lugar en San Juan del Rebollar -bello pueblo alistano- el sexto día de exaltación a la capa alistana, en el que tuve la ocasión de participar. Un día después, al acceder a las redes sociales, me encontré con un artículo escrito en este periódico por Tomás Blanco Mezquita, un alistano que siente, y mucho, su tierra. Tras leerlo mi reacción fue inmediata y me dije "yo también tengo que escribir sobre esto". El artículo que pude leer fue en no pocas cosas de mi agrado y en otras no. Me encanta ver a un alistano como Tomás, que siente tanto su tierra -ya le he leído en otras ocasiones- y que además argumenta con formación -que sé que la tiene- y no con ignorancia, como uno ha podido ver en tantas ocasiones. Precisamente por eso, por tratarse de un auténtico alistano, de los que han podido vivir en su familia la auténtica realidad de esa preciosa comarca zamorana, querría dirigirme a él -o mejor dicho a ti, Tomás- para compartir unas reflexiones y preguntas sobre este tema y sobre el artículo que acerca de él escribiste hace unos días. En primer lugar quería decirte que me ha encantado ver a un alistano recordarnos cuales son las verdaderas capas de la gente de esa comarca, precioso rincón de nuestra provincia, región y país, en el que no tuve -bien que me hubiera gustado- la suerte de nacer, pero en el que paso todo el tiempo libre que me es posible conociendo su paisaje y sobre todo sus extraordinarias gentes. Hay mucha gente que se hace su segunda vivienda en la playa, yo he preferido hacerlo en esta querida comarca, pobre en lo material pero rica en otras muchas cosas, y cada día estoy más contento de haberlo hecho así. También me ha gustado ver que hay personas tan decididas como tú -yo estoy muy lejos de ser así- que se animan a enviarle una carta a su Santidad cuando consideran algo erróneo e injusto y que lo hace además hablándoles muy bien de las gentes de su tierra. Además no puede ser más de mi agrado observar cómo -aunque sea tras decir que no eres creyente- te calificas como un buen cristiano y nos dices que has aprendido mucho de Jesucristo, cosa que demuestras al estar siempre del lado de los más débiles. Creo que hacen falta personas así, que no tengan miedo a las jerarquías humanas y se atrevan a decir las cosas como las sienten. Yo también me siento -no me atrevo a decir que lo soy- un Cristiano y sobre la base de dicha condición que compartimos quería preguntarte ¿fue también Jesucristo quién nos recomendó -el no imponía nada- que no juzgáramos y que las correcciones entre nosotros las hiciéramos fraternalmente? ¿fue también él quién nos animó a perdonarnos setenta veces siete y las que hagan falta? ¿y él que nos dijo qué amáramos a nuestros enemigos, pues a los semejantes los ama cualquiera, "hasta los publicanos"? ¿y el que nos dijo que miráramos más la viga de nuestro ojo que la paja del de los demás? ¿fue también él quién dijo eso?. Desde el profundo respeto que siento por ti -me encantaría un día conocerte y hablar contigo- quiero transmitirte mi convicción de que para expresar nuestra disconformidad y desacuerdo con cualquier hecho o tema, el recurso de la descalificación -"hacer el indio", "no tener cojones", "la capa del PP"- y el del juicio de intenciones -"fines electorales" "la idea os ronda la cabeza"- son los menos apropiados, más aún para un buen cristiano y una persona culta y formada como tú eres. El día once en San Juan del Rebollar había muchas personas que son alistanos como lo eres tú aunque su manera de pensar sea diferente. Aliste, Zamora, Castilla y León, España y cualquier otro lugar no evolucionaran mientras las personas que los formamos y cuyo deseo o meta en la inmensa mayoría de los casos es el mismo -el progreso de nuestros pueblos- sigamos cometiendo la torpeza de consentir que nuestras discrepancias sobre cuáles son los caminos más apropiados para llegar a dicha meta nos anclen en el enfrentamiento y hagan imposible la llegada a ella. Para ello te animo a ti y a todos a practicar el precioso y muy cristiano arte de la escucha, a interesarnos por las experiencias, opiniones e ideas de los demás y abrirnos a aprender de ellos en lugar de pensar siempre que nuestro punto de vista es el válido. Sólo así, con respeto mutuo y trabajo en equipo, más hecho por las gentes que esperado de los gobernantes -me da igual el signo-, nuestros pueblos podrán cambiar. El pasado día de la exaltación escuché a un miembro de la asociación decir que discrepaba de algunas decisiones tomadas por la junta y que lo iba a expresar en la próxima asamblea. Ese creo que es el camino, decir las cosas donde hay que decirlas si somos miembros o crear nuestro propio grupo o asociación si nuestro punto de vista es muy diferente. Si no lo has hecho ya te animo a dar este paso, Tomás, pues como te dije al principio las explicaciones que has dado me han convencido en no pocos aspectos. Pero siempre con respeto y sin decir al que no piense igual que deje de usar el nombre de Aliste pues Aliste no te pertenece a ti ni a nadie. A quien escribe no le parece un error que una asociación llamada "Asociación para la PROMOCIÓN y el estudio de la Capa Alistana" le ponga y le regale dicha prenda al que entonces era presidente del gobierno, al que lo fue de la Diputación y colaboró con ellos y al Papa. Si me parecería un error que si el actual presidente visita un día Zamora no se haga con él lo mismo que se hizo con el anterior y que si en su día tenemos un presidente o presidenta de la Diputación que sigue colaborando con la asociación y pertenece a otro partido no se le otorgue la misma distinción. Si estoy de acuerdo en que hay mucha gente humilde que ha hecho mucho por la comarca y que se merecía también -yo diría que más- recibir tan bella recompensa por su gran labor. De todas formas eso lo diré -como creo que ahora lo estoy haciendo- sin descalificar a nadie y sin dejar de decir que el trabajo que ha hecho esta asociación desde su nacimiento me parece sumamente positivo. Lo que me da mucha pena ver, como dije antes, es que a las personas que tenemos en común algo tan bello y necesitado de nuestra entrega, nos influyan más nuestras diferencias ideológicas y construyamos unas casi infranqueables barreras entre nosotros perjudicando así a la tierra a la que tanto decimos querer. Aliste nos necesita a todos, mas entrega y menos disputas, más escucha y menos ideología, más trabajo común y menos grupos enfrentados. Así ganaremos todos.